Había comprendido aquella tarde el mal que le hizo, fue
como si todos esos actos que cometió sin responsabilidad al fin fueran saldados, sólo hasta ese momento fue consiente de cada vez que le quebró el alma, que le hirió de la única manera en que hiere el amor y que acabo una a una con sus aspiraciones…
…La vida se le detuvo en ese momento y aquella sensación que no volvería a sentir si no hasta el día de su muerte le
consumía, no pudo soportarlo más y comenzó a llorar
desconsoladamente pero en silencio, no puedes ir en contra de lo que amas, esa, era la frase que el siempre le repetía, pero que hasta ese día comprendió de manera distinta, arrepentida mientras temblaba escribió
Siento haber dicho que no te quería, y siento aún más
haberte separado de mi, fueron muchos mis errores, sólo
espero que donde sea que te encuentres pienses en mi de una forma distinta a la que soy, al menos así se que hay una parte buena de mi que habita en tu corazón
después una nota simple y sincera Perdóname, enseguida y antes de arrepentirse envió el mensaje…
Muy bueno, Christian. Lo que merece la pena preguntarse, al leer tu relato, es… ¿para qué sirve en realidad ir por la vida perdonando tanto?… pero yo creo tener una respuesta, subjetiva por supuesto, pero al menos es una respuesta: OLVIDO.
Que contrariedad, perdonar nos permite olvidar…
…así terminan definitivamente las cosas destinadas al perdón…
Oigo las voces llamar
Liberadas de sus culpas.
Vivir no son disculpas
Iniciadas en el clamar
Días de naufragar
O quizás no me interrumpas.
Este acróstico no es para acusar a nadie sino para salvar la existencia olvidando… (lo que cada cual desee olvidar).
Por último, tu estimulante y buen relato, que es bueno de verdad, me hace deducir, por lógica humana ya que no somos dioses todopoderosos, que para llegar a nuestros destinos lo mejor de todo es quitarse cargas de nuestro equipaje…sobre todo porque son cargas ajenas y ya no nos pertenecen… y creo que he sido bastante claro. EXCELENTE RELATO.