De Yourcenar, Beauvoir y Sartre hasta el sastre pasando por el amor. ¿Habéis leído algunas vez al menos dos obras de Marguerite de Yourcenar; pongamos por ejemplo “Memorias de Adriano” o “Los dioses no han muerto?. Pues no os las perdáis para aprender cosas realmente absurdas. ¿Y qué me decis de Simone de Beauvoir (“Para una moral de la ambigüedad” y “La ceremonia del adiós”) y su amantísimo “ligue” Jean-Paul Sartre (“La náusea” y “Eróstrato”). Pues no os habéis perdido gran cosa. Porque, por ejemplo, centrándonos en la “parejita” (Beauvoir-Sartre) ¿sabíais que se pasaron toda su vida -la unión libre llamaban a eso- cambiándose e intercambiándose amores continuamente, ya fuesen jovencitos o jovencitas?.
Pues eso es lo que contribuyó a destruír el amor a mediados del Siglo XX. Por cierto a sus seguidores/as amantes las trataban, en sus conversaciones privadas, poco menos que de imbéciles o tontos y tontas. Por eso Sartre (náuseas me da ya el citar su nombre) decia algo parecido a: “Son tontas. Es mejor que lloren por tenerme un poquito en la cama a no tenerme nada”. !Será cretino!.
Pues en la distancia de Yourcenar a la “parejita” se pasaba, la línea trayectoria imaginaria, por el sastre (Alfonso para más señas) que mucho hablaba de las censuras (“La mordaza” por ejemplo) pero que una vez conquistada la libertad de expresión no perdió ninguna oportunidad de firmar manifiestos en favor de las reivindicaciones proetarras. Sí. !Que te han visto Evaristo!. ¿Era para eso para lo que querías la libertad de expresión?… hasta llegar al amor (Rafael para más señas, tremendamente gordo y, con perdón de los argentinos nobles, argentino de nacimiento. !Que buenas “tajadas” mentales y borracheras cogía “el pavo” con “El Cojo” de acompañante guitarrista!. ¿Sabés vos ya quién sós ahorita y sabés vos quién soy yo?.
Don Rafael Amor. dos puntos: me reía de lo que me apetecía (que para eso estaba yo en mi patria España) y me sigo riendo todo lo que quiera de su, por ejemplo “El loco de la vía”. !Siga!. !Siga usted cantando don Rafael y siga acompañándose del “Cojo” loco por encontrar a la Princesa, que hasta su nombre de pila se sabía el mamarracho!. ¿A qué clase de amor se refiere usted Señor Amor y su famosísimo guitarrista?. Pensá vós antes de decirlo… pensá…pensa´… que a mi me sobra tiempo para seguir riéndome cuanto me de la real gana que para eso estoy en el Reino de España mientras creo juegos de cartas (solitarios se llaman para que usted lo aprenda) o escribir poemas tan largos que duraban todo el tiempo que usted gruñía sus canciones en público… porque hasta cara canina tenés vós ché.
Final… no merece la pena seguir con este asunto ni un segundo más… que otra cosa realmente fundamental ocupa de lleno mi mente Señor Guitarrista…
¿comprendé ya vós, ché?.