No siempre seré el poeta del dolor
no siempre permitiré a la agonía,
ser la pluma que escriba al desamor,
con la sangre que chorrea mi vida.
¡No!, algún día diré basta a todo esto,
borraré su última mirada, su último beso,
incluso la luz con la que la luna…
iluminó nuestros juntos cuerpos.
Y no habrá más lágrimas en mis noches eternas,
en las que el fuego consume, miles de velas.
Mis versos no se escribirán mas con la sangre,
que emana de la herida, de mi tristeza.
Y dejaré mi pluma, en mi escritorio.
No sacará de nuevo, mis sentimientos.
Quedarán para siempre, ahí enterrados,
en la oscura noche de mis adentros.
Donde la luz de sus ojos verdes,
quedará eclipsada por el dolor,
y aunque sé, que será mi muerte…
la sacaré de mi corazón.
Tal vez entonces pueda olvidarla,
pensar… que quizás fingía,
cuando en trémulas y dulces palabras,
susurraba, que me quería.
Algún día……
Buen poema. Métrica excelente y cuestión muy vitalista. Me gustó. Sólo puedo decir, además de esto, que algún día el llanto nos hará olvidar…