Alguna vez te abrace y no puedes negarlo,
y no te abrace pensando
en tus manos.
Algún día te besé y no te besé
pensando en tus labios.
Cuando estaba cerca de ti me sentía
acompañado aunque a veces solo
y desahuciado.
A veces te llore y no puedo negarlo, sentía
como un dolor recorría mí cuerpo
sosteniéndose con uñas y sus brazos.
Sentí como un hielo, frió y helado
me quemaba la calma.
Sentí como mí vida se
desvanecía entre la espuma de la nada.
Y si alguna, vez soñé en ser libre, pero
el sueño maldijo mí destino y no soy
responsable de tal castigo.