Allí donde cantan los ruiseñores habita una mujer joven y hermosa. Todos los príncipes del planeta cargan sus monturas de ilusiones y van hasta allá para decirle cuánto la aman. Ella cautiva contando cuentos gracias a su imaginación. Es la nueva Sherezade, rejuvenecida por el arte de la magia. Una mujer que juega a ser raptada por los rayos del sol cubriéndose de hielo en los lugares de la paz. El fuerte fuego del volcán cercano la aísla y la hace narrar baños de luz ante los ojos de los príncipes. Reflejada en la mente de los poetas se volatiliza como el humo cuando se le acercan los cantores. Como el hueso del dátil ignora al aire y se cuelga del viento huracanado de las almas. El que la ve la oye y el que la oye se queda ignorado para siempre. Ella sólo lanza besos de cereza y los ruiseñores cantan… cantan… cantan… hasta que se desploma el día bañándose a la luz de la luna. Y dicen los enamorados príncipes poetas que quien logre robar un beso a sus labios de amapola quedará para siempre convertido en estrella fugaz y deambulará por el universo hasta que ella, mirándole con sus bellos ojos, lo transforme en polvo.
3 comentarios sobre “Allí donde cantan los ruiseñores…”
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Y los ruiseñores seguirán cantando hasta que algún príncipe poeta termine por llenar la boca de Sherezade de besos prolongados en forma de violetas. Tu cuento me sabe a mil y una noches de presencias lunares sobre la alcoba del amoroso lamento.
Hermoso, muy hermoso. Un beso amigo.
Quien alcance a dar un beso a su hermosura será bello para siempre. Gracias compañero.