Amanece sin prisa.

Amanece sin prisa.
Tranquila la chimenéa duerme sonriendo en sueños.
Lo de anoche le gustó.
Hablaban,
reían.
Brindaban las copas,
vibraban los cuerpos.
Si sus ojos se encontraban
callaban a la vez presos por el silencio
en una dulce locura.

Atraidos como imánes
ansiosos los labios buscaban piel.
El deseo quemaba más que el fuego.
Hasta el tiempo se paró
regalándoles un trocito de eternidad.
Se amaron por siempre,
para siempre.
Amanece despacio.
Abrazados y tranquilos duermen ellos también.

Besosssssss. Alaia

6 comentarios sobre “Amanece sin prisa.”

Deja una respuesta