Amor y Muerte

Raquel acababa de tener unas serias palabras con Cupido, no es que pusiese en duda su eficacia y profesionalidad, no, simplemente que con ella nunca había acertado.
El tiempo iba pasando para Raquel y cada día más fuerte se hacía esa pregunta: ¿ Es que nadie va a amarme?.
Cupido la escuchaba atónito ¿ Cómo había hecho para encontrarlo? Nunca jamás había tenido contacto con ningún mortal, era imposible, pero allí estaba Raquel hecha una furia hacíendole mil preguntas.
Cupido al escucharla pensaba que cómo una mujer como ella, con tanta fuerza, con tanto tesón, tan bella ,no hubiese conocido el amor. ¿ Dónde se perdió su flecha?


Quiso hacer algo por ella y así se lo dijo: Tú misma tirarás la flecha Raquel, pero ten cuidado, éres mortal y como tal podrás llevar la muerte a tu amado si yerras el tiro.
El corazón humano sólo tiene un pequeño sitio destinado a la flecha, si por el camino encuentra una hoja que cáe, una gota de rocio queriéndose posar en una flor, una ráfaga de viento que le haga variar su rumbo, se convertirá en una daga mortal.
Raquel intentaba tensar el arco, un sudor frío helaba sus sienes, un sudor caliente resbalaba por sus manos hacíendola temblar.
Allí estaba su oportunidad, podría amar y ser amada, desear y ser deseada.
Tensó el arco, y cuando estuvo a punto de dispararlo, una lágrima atravesó su rostro cayendo a la punta de la flecha. Raquel cerró los ojos, respiró profundamente, lentamente, volvió a tensar el arco y se quedó quieta, inmóvil , Cupido la observaba, el tiempo se parò, de pronto la flecha se hundió en la tierra. ¡ Si he de poner su vida en peligro jamás la lanzaré! dijo tirando el arco al suelo y echando a correr.
Cupido recogió el arco, cojió la flecha, lo tensó más que nunca y la lanzó con todas sus fuerzas.
¡ Te lo mereces Raquel!.

Saludos. Alaia

Un comentario sobre “Amor y Muerte”

  1. Un bello cuadro de recompensa ante la renunciación de hacer daño al Amor. Cupido se presenta como defensor de la Causa Amorosa y todo ello significa que cuando creemos menos en el amor es cuando el amor más presente está en nuestros anhelos. Yo entiendo tu cuento como una verdadera fábula humana donde Cupido es menos protagonista que la misma Raquel. Es Raquel la que define su destino y alcanza la dicha gracias a su sensible manifestación humana.

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