Sigo aquí, ya tardas. No es que no quiera irme, es que no puedo.
El tiempo, como las olas, todo lo suaviza y ahora ya no me importa la última. Me importa que eres la persona a la que más he dado por propia decisión, que te considero una parte de mi vida.
Me importa que me conoces como nadie y que te conozco como nadie, que necesito poner al día mi vida contigo para que tenga sentido el tiempo que ha pasado desde que te vi.
Que nos conocimos siendo críos, siendo como aún espero que seamos en el fondo y que necesito recuperar la felicidad de entonces mirándote a los ojos, buscando aquella chica, aquellos ideales, aquél amor sincero.
Puedo seguir sólo, pero siento que me desvío del camino, que tomo un caminito a la derecha, que no me lleva donde iba. Veré otras cosas, pero me alejaré de lo que creo mi destino.
Lo cierto es que no sé si es cierto lo que creo, o lo cierto es lo que veo cada vez que te veo. Problablemente no leas esto porque no me quieres como quiero que me quieras, no me importa tampoco porque lo escribo para mi.
Lo cierto también es que, por ahora, aquí sigo.
No esperes a que ella lo lea…si me permites un consejo,en tu lugar se lo diría…si crees que ella es tu amor no deberías dejar que la vida ni sus circunstancias os separasen…luego…te puedes arrepentir,y es mejor arrepentirse de lo hecho que de lo no hecho…hazte esta pregunta…¿Qué hubiera pasado si se lo hubiera dicho? mejor planteártela ahora que no dentro de algún tiempo que puede ser que ya no tenga solución…
Un saludo.
Es un hermoso canto de espera, Alberto. Que alguien lea o no lea es una importancia relativa pero que alguien escriba un sentimiento verdaderamente sentido tiene mucha importancia. Para seguir adelante es muy saludable. Un abrazo de amigo sincero.