Van sus pasos por la empinada senda,
desciende la tarde en tonos violetas,
de ternura tengo mi alma plena
y solloza el viento en la ladera.
Pasaràn los dìas en suave calma,
mi alma tranquila, en silencio espera,
los dìas se alargan y se alargan,
las aves en busca de calor vuelan.
Estás lejos de mí,
de mi risa, de mi pena,
de mi sombra…
Acércame tu ausencia,
tu ausenca larga
como la inmensa costa,
como la cima
de la montaña blanca
como mi largo país
con su angostura.
Si sigues ausente,
te daré también mi ausencia
y nunca volverás a verme.
Por eso te digo de nuevo
con mi voz rota,
acércame tu ausencia,
acércame…tu ausencia…
Sólo una huella dejaste
en el sendero sombrío
voy triste tras esa huella
con el corazòn herido.
Añoro en la oscura noche
el amor que prometiste
se fue como simple aire,
sólo una huella dejaste.
Sé que no debo amarlo
y le amo.
¿Por qué es tan dulce
su voz
cuando me llama?
Mi corazón palpita
estremecido,
y la noche se viste
de silencios.
Mis sueños se dispersan
en el viento
Se fue con un paso leve
por la calle oscurecida
sólo quedó la tristeza
y su sombra indefinida.
La lluvia triste caía
como lágrimas perdidas,
el pasto verde mojado
y el azul entristecido.
Van cayendo a mi alma las palabras
que musita el viento entre los árboles;
las olas van rompiendo suavemente
las orillas de las extensas playas.
El crepúsculo baña de noltalgias
la lejanía azul de tu presencia,
más mi anhelo como un soplo de aire,
añora tu mirada suave y tierna.
El alma cual el vuelo de una alondra,
surca mares buscando tus quimeras
y tu amor va perdido en soledades.
El cielo va envolviéndose en sombras,
se escucha lejos un trinar de aves;
dolido el corazón…silente espera.
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