He perdido la noción del tiempo.
Luego del impresionante derrumbe que sufrimos en esta mina de carbón, el tiempo ha pasado de forma incierta, de la misma manera en que suele parecernos mientras estamos soñando.
Pero de algo estoy totalmente convencido y es que soy el único sobreviviente de todo este desastre, ya que puedo ver como a metros de donde yo me encuentro todos mis compañeros, que hasta hace unos minutos bromeaban conmigo, quedaron sepultados bajo una montaña de piedras.
Hace más de treinta años que soy minero y se que me encuentro en una situación demasiado comprometida. No tengo muchas esperanzas de que puedan rescatarme, debido a la magnitud del desprendimiento de rocas que obstruye la salida. El oxígeno escasea y sin agua ni alimentos mucho no podré sobrevivir. Lo único que me queda por hacer, es sacudir el pico contra esa pared de piedra que hoy se encuentra más sólida que nunca.