Azúcar Versus “mierda Blanca”…
Con mi deseo solitario y a la vez solidario. Con mi flecha rota y a la vez clavada en el diámetro esencial de la existencia. Con mi hambre de palabra y a la vez de corazón silente. Con todo ello, me voy a un tiempo posterior de mi vida; a ese tiempo donde, para amar, hay que estar dentro del mes de mayo y bañarse, desnudo completamente de ideas y de pensamientos, en los rocíos del amanecer. Me voy a un tiempo posterior de mi vida porque ya no me valen tus invitaciones a beber de tu alcoholismo, ya no me valen iniciarme en el mundo de tus mentiras piadosas y tampoco me valen tus cuadernos completamente vacíos.
Verás amigo mío. Yo, en realidad, no tengo ni quiero olvidar nada. Yo quiero adentrarme en este mayo que va a comenzar siguiendo mi camino de memorias, bebiendo agua de los arroyos cristalinos en vez de alcohol podrido por la química de los negociantes; quiero adentrarme en este mayo que comienza perpentuándome en el mundo de mis verdades aunque tú te mofes de ellas y sigas esclavizado a tus solapadas mentiras piadosas porque, en el fondo, tienes lástima de ti mismo.
Y verás amigo mío: yo quiero adentrarme en el mes de mayo con un cuaderno lleno de aventura, de magia, de ilusión, de una ciencia ficción que me llene el espíritu bohemio de luces y de contraluces… para poder seguir sintiendo y notando cada una de las escenas de este teatro ambulante al que llamamos Vida.
Tú dices que la vida es una mentira y una verdadera porquería querer vivirla. Yo, ya ves amigo, soy de los que creo que en medio de tanta mentira (una de ellas la tuya misma) hay un universo completo de sinceridades y de aproximaciones a las verdades que hace ineteresante estar en la vida. Tú nombras a la vida con una palabra muerta (la llamas mierda de vida) y para mí las palabras muertas no me sirven nada más que para olvidarlas y desalojarlas de mi memoria (sí, amigo, la memoria debe ser siempre selectiva para perpetuarnos en hombres con esperanza continua). Por último, amigo, veo que tu caderno (que por cierto tiene tapas doradas y está fabricado en el papel más fino del glamour literario) está completamente en blanco, porque tu mente está en blanco anquilosada de tanta “yerba” que le metes al cerebro.
No. Escucha. Escúchame tú a mi por una sola vez en la vida (porque ya estoy cansado de ser yo quien te escucha para poder comprenderte y apaidarme de tus desgracias y ser tú sólo el que hablas como cacatúa esperando que se te alabe tu voluntaria decisión de llamar mierda a la vida). No. Te voy a contar algo que para mí es muy importante. Escucha bien lo que te digo como final de esta carta:
Al otro lado de cada computador que está enlazado ahora mismo al mío, hay seres humanos (hombres y mujeres) que sienten su cuerpos latir, que tienen necesidades más o menos ocultas, que tienen la ansiedad de ser escuchados, que están a punto de hundirse en esa mierda de vida que habéis creado gentes como tú con los alcoholes, las “yerbas drogatas” y toda una procesión continua de verbalizaciones morbosas y peyorativas hacia la definición de la vida. ¿Y crees que yo no sé lo que es el chute, y crees que yo no sé lo que es “volar”, y crees que yo no sé lo que es el “coma etílico”. Lo sé, compañero, lo sé… y por eso los he desterrado !hace ya muchos años!… de mi caminar por los mundos de las vidas humanas… porque al otro lado de esta computadora puede haber ahora alguien llorando de amargura, alguien llorando de desesperación, alguien llorando de soledad y yo no deseo por nada de este mundo que ese alguien sea una víctima más de vuestrras “jeringuillas” y vuestros “esnifes” que sólo son parte fecal de vuestro negocio… el sucio negocio de destruir vidas.
Yo no soy así. Me bulle la sangra roja ante las injusticias políticas, sociales, familiares… me late el corazón en la izquierda por cada abuso y barbarie cometido contra los más humildes… y me entra verdadero asco cada vez que veo a un inocente entrar en las redes inhumanas de vuestros “auxilios para volar sin límites” mientras le destrozáis el cerebro con “mierda blanca”. No. Yo sólo quiero verter en sus cafés un poco de azúcar para que puedan vivir y no un poco de “polvo de mierda blanca” para hacerles morir lentamente.
Una carta llena de dureza, entereza y realidades de hoy en día.
Se esconden de los problemas de la vida detrás de esa mierda balnca y cuando se dan cuenta es demasiado tarde para volver atrás.
Ojalá te escuche y se dé cuenta del error.
Eres muy bueno Diesel, tu corazón es grande.
te dejo un beso amistoso.