Amor, de las estepas de tu cuerpo, caen todas las regiones de mi memoria.
¿Cómo olvidar tu boca serpenteando mis cumbres y mesetas? De tu lengua en mi centro, de tus uñas erizando mi sangre atormentada. Hablo de tus hendiduras con el lenguaje de almohadones húmedos y arrugados, de susurros guturales, de tus manos en mi refugio, de latidos y temblores.
Nos nombramos sin palabras y somos uno en la noche.
Vi tus labios sangrados, congelados al borde de tu camino y entre senderos de calma, te hablé de un rincón tranquilo, cayeron tus párpados pesados al juicio.
¿Cómo olvidar tus labios dormidos a un beso que no llegó a tiempo?
Levanto mis dedos hasta tus ojos para comprobar que se secaron los sueños, entonces besé tus parpados y lavé tus heridas y pensé que te salvabas si te quedabas conmigo.
A recorrerte apurado y enamorarte, loco desprolijo de amor y las uvas de tu silencio, convertidos en vino.
A veces temo mi vida en tu vida, de las maravillas nada distantes y que los dragones de sueños, pinten la emoción de creer que alguien, esperará en tu puerta.
Sé que la vida es posible sin lo rígido, que nuestro planeta azul abrazo está cerca, que nos espera porque nos ha elegido para amarnos.
Figuras brillantes para un texto completo. Si añadimos escenas a la emoción estamos ante un acto inolvidable.