Nació un día, y creció con espacio y con sus padres trabajando por él y su hermano. Y tuvo amor, aunque se dio cuenta tarde. Y con eso vale.
Y se hizo niño jugando el fútbol por jugar con el tiempo, y sus ojos mirando hacia los árboles de alrededor. Sin pensar en nada, sin sueños.
Y creció algo más y cayó en el sexo. Y sin parte para él más que unos pobres besos, se volvió un poco raro, principio de loco. Y ya no veía tan claro, todo confuso.
Y pasó la adolescencia sin demasiado pudor, y pensó en luchar contra sus miedos, aun con todo el miedo que le daba. Y ya estaba entonces algo ciego.
Y se hizo mayor, y dio clases de latín a niños sin sueños, como él de pequeño, y todos le atendían las palabras por resbalar el tiempo que les quedaba. Y quedó de un ojo ciego.
Y ya medio viejo, y tuerto, enseñaba griego a niños solitarios, con demasiado por querer por dentro, y con unos pocos sueños.
Y quedó todo ciego. Y entonces se fue al campo, y enseño a los animales del bosque a no tener miedo, y a olvidar cómo pasa el tiempo arrugando lo de afuera, y aprender a crecer por dentro.
Y murió solo. Porque todos estamos solos en el tiempo, exista o no el cielo. Y pensaba el viejo, que la vida es sólo diferenciar entre lo importa y lo que no. Y nada más
3 comentarios sobre “Biografía del tiempo.”
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Gracias, Diesel, tu comentario no podía ser más acertado! En realidad se queda ciego, pero cada vez ve mejor lo de dentro. Era la idea. Un saludico
Con sus anelantes clases a los animalaes consiguió la verdad absoluta y como transmitirla, enhorabuena amigo, un beso
Algo más Ismael si me lo permites: “Y soñó que ya no era ciego y despertó viéndolo todo”. Por si te vale, amigo. Un abrazo.