La niña empezaba a experimentar grandes cambios en su cuerpo, pero ¿ A quién preguntar? La madre de María no quería pasar por delante de su madre, y esta no quería ni oír hablar del tema. Las amigas y compañeras del colegio no se ponían de acuerdo, cada una tenía su versión personal, ella mientras tanto iba recabando información de unas y otras pero al final no sacaba nada en claro, mal asunto. Tenía un gran problema difícil de solucionar, se miraba continuamente los pechos a ver que era lo que ocurría con ellos. Nada, absolutamente nada, allí no había cambio alguno, en cambio los de sus amigas ya tenían una forma redondeada, eran de su misma edad y ya usaban sujetadores, pero ella no sabía todavía ni como era la prenda aquella que con tanto afán comentaban las demás.
Un día fue al lavabo y se notó que había manchas de sangre en su ropa interior, se asustó ya que tenía mucha No sabía como decirle a su madre que había manchado la ropa seguro que cobraba, mejor me las lavo yo y no digo nada -pensó la niña- pero al salir del lavabo la madre la vio y le notó en la cara que algo grave le ocurría. Menos mal que por una vez le preocupaba la niña. Su tía se encontraba en aquellos momentos con su madre y entre las dos le acribillaron a preguntas- ¿Que te pasa? tú tienes mu mala cara niña, anda cuéntanos lo que te ha pasado. Ella estaba blanca, le dolía mucho la parte baja de su cuerpo y ya no podía aguantar más.
–Me sale sangre por abajo– les dijo casi llorando, sin pensarlo las dos mujeres le dieron un paño y le dijeron -Anda ponte esto y no digas nada a nadie- parecía que la niña había cometido un crimen.
Le hablaban bajito como si aquello fuera el secreto más grande del mundo, ella rompió a llorar y les decía que le dolía mucho el culo, entonces se decidieron mirarle a ver que era aquello. ¡¡ Se le había reventado una hemorroides!! Dios mío, que dolor tenía aquella niña, desde su nacimiento iba siempre muy mal al lavabo, siempre estaba apretando, así que llegó un momento en que reventó de verdad pero de que manera.
Las mujeres respiraron aliviadas……no era la regla.
Un comentario sobre “Cachitos de una vida (25)”
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Jajaja ¡asique al final no era la regla! jaja Lo que no le pase a la niña.
¡Un beso!