Canción a la vida eterna

!Cielo placentero que alimentas
la vida alegre de todos los creyentes!
!Cuántos misterios, oh tú, encierras
en todos tus caminos y en tus fuentes!

!La esfera sosegada y limpia
de todo tu espacio esplendoroso
es brillante magnitud que linda
con el espejo armónico de tu reposo!

!El norte donde vive la profunda
estampa que tienes tú por ojos
es lugar para que se hunda
el placer de todos mis arrojos!

!El este donde siempre brilla
el sol en el atardecer magnánimo
es lugar donde siempre se arrodilla
mi cuerpo para encender el ánimo!

1El sur donde tu presencia es cuerpo
de divina estructura angelicada
es lugar donde yo encrespo
mi alma para tí tan delicada!

!El oeste donde refulge tu imagen
de pausa hermosa e inacabada
es donde aldmiro el paisaje
y desnudo me acuesto en la alborada!

Mares infinitos son tus horizontes
donde la vida siempre se eterniza
mucho más allá de los trasmontes,
mucho más acá de la ceniza.

El viento translúcido de los siglos
es un tiempo sin horas ni segundos;
un tiempo de silencios sin peligros
de caer en el abismo de lo profundo.

Nubes erguidas como torres blancas
son los quehaceres de este ánimo
que el futuro siempre enlaza
a todo lo eterno del álamo.

!Vida eterna es la prometida
que se casa con quien cree en lo no visto!
!Vida eterna es la presentida
en la obra libérrima de Cristo!.

La juventud es perenne en este ambiente
donde toda tu luz se hace diáfana
y se hace también toda tu luz presente
en la claridad de toda la mañana.

Allí. en los brillos atemporales de los astros
se encienden todos los sistemas
de los grandes oleajes y los cantos
en forma de millones de teoremas.

No hay distancias insalvables
para todos los anhelos y deseos
y en el futuro todo es probable
de hacerse posible y sin rodeos.

Se debe amar sin continencia
esta vida eterna que va más allá
del método materialista de la ciencia
y el reflexivo pensamiento del maná.

La libertad ha abierto sus compuertas
revelando un tiempo sin final
y se abren también todas las puertas
al perdonado pecado original.

Es el son de todas las trompetas
de los ángeles de Dios en la ciudad
y las espumas de los mares están abiertas
con todo el espesor de su bondad.

La plateada faz de esta Tierra
bendecida está por el Señor
y el Destino del mañana es la cera
del panal y la voz del ruiseñor.

Surge todo el color de los espacios
y el aroma inunda el esplendor
de las flores que se abren en el prado
infinito en todo el derredor.

Desnuda la primavera entera
los cálices suaves atesora.
Ha llegado el tiempo sin espera.
Ha llegado el milenio sin la hora.

La carretera y el espejo se unifican
en un mismo instante de pasión
y se entona todo lo que codifican
el alma viviente y su oración.

Tenue sueño en el leve tiempo
es el que se viste de romance
en este eternizado ya momento
de alma, de amor y de trance.

Amor es la palabra que resuena
en los valles de todo el panorama
y Paz acompaña la enhorabuena
de este entorno que solo ama.

Vívido el ámbito de los pájaros
y extensa toda la mirada
en este mundo libre de avaros
y de gente mala y extraviada.

Aquí el cielo es un infinito
remanso de esperanza y calma
donde descansa el pacífico instinto
y se recogen corazón y alma.

No existe el vacío ni el abismo
en sus naturalísimas playas
y crecen el algodón, el lino,
los árboles frutales y las bayas.

El verde jardín de la floresta
es suave lecho para el hombre
y todos participan de la fiesta
al no existir ni el rico ni el pobre.

Pasa el tiempo de manera mansa
sin la prisa del nervioso desatento
pues no hay fortuna que se amasa
ni lugar para el triste descontento.

Es una era nueva y más humana
sin prostitución de los sentimientos.
No existe mujer testaruda y vana
ni existe hombre duro cual cemento.

Los hipócritas no tienen entrada
en esta vida firme y selectiva.
No hay murmuración ni envidia insana
y sólo habita la armonía viva.

El falso judas ha desaparecido;
no está la santa desalmada;
por la noche todos somos conocidos
pues tenemos la conciencia clara.

El único trabajo que hacemos es vivir
con arreglo al comportamiento natural
y ya nos ha dejado de perseguir
el dedo acusador del inmoral.

El verbo es duro y sin soeces
ni palabras maldicentes o mal habladas:
el tono es suave, los nombres alegres
y los adjetivos están bien expresados.

Es un modo de vivir eterno
con bendiciones a todos los presentes
y está fuera la inquina del enfermo
y la peste de todas los injurientes.

Olvidada la censura del envidioso
y anuladas las miradas sucias
no hay nadie que sea perezoso
y no le importa si es morena o rubia.

La mujer será allí emparejada
a un solo hombre que sostiene
el hogar con su soldada justificada
con el trabajo digno que mantiene.

Ella es compañía complementaria
al mismo nivel en todas las labores
pero son ellos quienes dan la indumentaria
y son ellos quienes las regalan flores.

La mujer coopera mansamente,
el hombre escucha sus razones
y entre diálogos discurre blandamente
el tiempo otorgado a los amores.

!Canción a la vida eterna
donde tú y yo somos iguales!.
!Canción a la hora tierna
y al futuro de los inmortales!.

No existe mujer testaruda y vana

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