Apreciado Señor General Gordejuela: soy su escribiente personal (José Orero De Julián) y tengo que decirle que llevaba usted toda la razón. Salvo dos o tres oficiales (entre ellos el capitán Sampedro, el comandante Reboiras y el alférez de los planos que trabajaba como Delineante de los Proyectos de Ingeniería) los demás solían trabajar muy poco y desordenadamente, además que pasaban mucho rato tragando y bebiendo de lo lindo.
Como no deseo molestarle en absoluto, me limito a este breve párrafo y reiterarle, una vez más, mis respetos.
Fdo. José Orero De Julián.