Hoy me he levantado con un dolor en el hombro doctor
intermitente hasta la muñeca, que dice así:
El modelo de Chicago dice que la pasta hay que gastarla como se conduce un Ford
a toda hostia, sin imitar a esa peña chachi que te cagas
esos que se la gastan fumándola, l e n t a m e n t e
entre dos palmeras, las dos únicas que quedan en el país
medio seco, pero sin central nuclear.
El modelo de Chicago, el Nuevo Evangelio, dice que cuando empiece a fumarme la uña
vaya a.
Pero ahora se pierde el dolor. Ahora que te lo entrego, doctor.
– Muy típico… Estoy hasta los cojones de los tipos como tú
de ti, y de toda esa puta masa que se sube a mí tendida
como si yo fuese un enterrador. No, no tengo pala
y no me vengáis con más cuentos. La muerte es la muerte.
Lo tuyo es una marejada en la sangre,
un silbido del viento que deja el pelo eléctrico.
Gracias doctor
Jajaja irakur. Yo que tu cambiaría de doctor. Un beso. Alaia
El Modelo Chicago no es para las marejadas de la sangre según el doctor de tu texto. Efectivamente, cambia de doctor, porque el silbido del viento siempre es producto de los enterradores.
No termino de entender…¿Muerto por el consumismo?
Muy buenas imágenes. Me encantó:
“una marejada en la sangre,
un silbido del viento que deja el pelo eléctrico”
Volveré a leerlo.
Contundente…fantástico, un abrazo