Ciertas palabras suenan a golpes de corazón porque surgen del fondo del tiempo y se convierten en sueños tan grandes que completan frases consecutivas pertenecientes, únicamente, al mundo de las pasiones. El amor las convierte en sólidas palabras blancas. Son palabras ciertas, compuestas con verbos directos que surgen como silencios llenos de profundidad. Allí, en lo profundo del alma, se quedan sus mensajes hondos. Honduras. Esa es la verdad de ciertas palabras vivas. Son palabras con acentos no pertenecientes a ningún lenguaje ni a los sistemas ortográficos de las academias (tan cambiantes siempre según los caprichos de los llamados sesudos varones de la literatura) sino con acentos sin más signos que los tictacs del corazón que las expresa. Palabras ciertas. Palabras verdaderas. Ciertas palabras que sólo el amor comprende.