¿Cómo aprendemos a vivir y a querer?. La pregunta es subjetiva y la respuesta también, pero hay algo común a todos los humanos que podemos tener en consideración. ¿Cuándo empezamos a querer, a dejar de sufrir, a hacer de la vida un aprendizaje positivo?. No hay, insisto, respuesta global ni exacta en cuanto al tiempo… pero podemos aprender a mirar a las estrellas y alumbrarnos de sueños; a mirar más allá de las circunstancias temporales, a ver los colores del viento y a sentir el sabor del silencio.
Porque es en el silencio de todos nosotros cuando aprendemos a encender ilusiones y a escuchar el habla de los corazones, con palabras calientes, con matices de mil sensaciones distintos. Y así, cuando un día el dolor abandona nuestras mentes, llega al fin el final de la tristeza, el final del llanto, y comenzamos a sentir el amor en medio de la soledad. Entonces, compañeros del Vorem, abandonamos el miedo y comenzamos a vivir en medio de la paz y la armonía de cada momento.
Comprendemos, a partir de ahí, el sentido de la vida viviéndola en base a un amor profundo para olvidarnos de las desdichas, sintiéndonos alegres por abandonar la tristeza, concienciándonos de que la vida es muy breve y debemos aprovecharla al máximo. Aprendemos, a partir de ese momento, a valernos de la paciencia y la calma para alcanzar las metas, a aminorar el viento de nuestras iras y llenar con mares de esperanzas las zonas más oscuras de nuestras vidas. Entonces, es cuando aprendemos a comenzar a vivir….
Así es. Para empezar a gozar de la vida hay que haber podido hablar con nuestro silencio interior y superar los momentos de las desdichas para gozar con los instantes de la felicidad. Todo es cuestión de momentos y de instantes. Si aprendemos a serenar nuestro ánimo empezamos a comenzar a vivir.
Un psicólogo salmantico que se dedicó mucho tiempo a escribir sobre ética y otras cosas decía: vive y luego aprender a vivir…
Un abrazo
muy interesante, aboslutamente. este tipo de temas son una gama de msi favoritos.
gracias por compartir..