Cojeremos las flores y nos las daremos
entre ojos inquietos bajo el beso;
de oro será el cielo paulatino
en ese instante de los días puros
y las flores recogidas en silencio
abrirán sus pétalos continuos
y más allá del hablar y del otoño
el transparente y desnudo mundo
será nuestro mirar a lo infinito.

Cojeremos flores en silencio, rodeados
de cuerpos de jardín ya sin fronteras
y lo inefablemente lírico del destino
abrirá nuestro espíritu a lo profundo.
Cojeremos flores y abriremos surcos
en el oculto prado de las inquietudes
y estarán ya muy lejos las horas
del reloj atado a los horizontes.

Entonces iremos por todas las cosas
como imanes ardientes de entretiempo
y el dinámico torbellino de los sueños
abrirá fondos exultantes a la ilusión.
Cojeremos flores y será una etapa
de sorpresas silentes y recuerdos…
y todo el tiempo quedará colgado
en las verdades sin pena ni cansancio.

Nuestras fuentes inquietas de alma libre
fluirán de las gratas transparencias
con un caudal de flores recogidas
en el ansia de la presencia interna.

Cojeremos flores en silencio, solamente
sintiéndonos bañados de desnudez eterna
y el vértigo transido de hondo gozo
será sueño alto atravesando luces.
Entonces el corazón de todo lo resonante
se encenderá de fondo inextinguible
y podremos alcanzar la música
del cristal trocado en ritmo abierto.

Y las flores del ámbito ardiente
nos tendrán en todo su infinito
hasta desasirnos de prado y de carne
y volvernos pájaros de luz.

Recojeremos flores en la libre
alegría del presente descendido
hasta la paz celeste y liberada
del ansia única y caída.

será cuando levantaremos la voz
hasta cantar en la hora de este instante
en que todo murmullo se hace agua
y se bañan nuestros cuerpos de aventura.
Recojeremos flores en silencio
y nos haremos permanentes para siempre
e iremos a las orillas de la vida
por el camino transido de las voluntades.

Allí… allí en el alma…
seremos silencio florecido en la sonrisa
y lo más leve será lo más grande
como pensativo punto de jardín.
Enlazaremos entonces con la luz
y nuestros ojos estarán serenos
plenamente labrados de ternura
en el sentir dulzura con simiente.