La casa está encendida. Ya ha pasado abril. Entre las rimas de un cuaderno de poemas, el poeta ha contenido el corazón en su eterno diario de resurrecciones. Piensa en Cervantes y la libertad. Escribe. Escribe con el sentimiento del desengaño de las poesías barrocas y el falso lirismo. Está, en su sencillo cuaderno, toda su poesía reunida allí. Bajo la luz de la bombilla a donde acuden las moscas por ver qué escribe él. Como si las moscas supieran leer…