Son las 6 de la tarde. Me encuentro en la Cafetería “El Horno” de Caravaca de Murcia. Estoy citado con mi estimado Corazón que llega tan puntual como siempre. Le invito, gracias a unos sueltecillos que me quedan del mes pasado, a un café con leche. Va a comenzar nuestro duelo leche a leche… esto… quiero decir café a café. Brindamos antes de comenzar con nuestra brega y que Dios nos pille confesados. A mí el pulso no me tiembla para nada pero a mi estimado Corazón le entra una especie de tembladera que necesito guardar un minuto de silencio. No porque mi estimado Corazón haya dejado de latir sino por lo de que Dios nos pille confesados o para que no nos atropelle el camión de la basura.
Diesel.- Buenas tardes nos dé Dios, estimado Corazón.
Corazón.- Si tú lo dices…
Diesel.- Si yo lo digo es que debe ser verdad. Por cierto, ¿se ha dado cuenta usted de que siete años nos separan?
Corazón.- En cuanto a mí se refiere por supuesto que siete años nos separan pero a tus siete años ya estabas atado y bien atado.
Diesel.- Como dice el Rey de España, aunque os duela a los añejos republicanos que sois más añejos que el orujo de Jaén, y andaluces de Jaén decidme ahora de quién son esos olivos, pues resulta que ha dicho usted una verdad más grande que un templo.
Corazón.- Españolito que vienes…
Diesel.- No siga usted cantando por favor, que los españolitos ya no venimos porque ya estamos aquí, lo que pasa es que los republicanos añejos como usted todavía no se han enterado.
Corazón.- Me quedo ipso facto.
Diesel.- Ya decía yo que a usted le tira mucho esto de ser de España. Si yo tiro por aquí y usted tira por allá para que caiga… ¿cuánto hemos tirado cada uno de nosotros?
Corazón.- ¡Ay, que me da, que me da, que me da!
Diesel.- ¿Quizás recordando al valenciano don Ramón?
Corazón.- ¿Raimón quiere decir Ramón?
Diesel.- Sí. Algo así como Maimón quiere decir Mamón.
Corazón.- ¡Ostias! ¡Cómo está el patio!
Diesel.- Pues yo le puedo contar a usted, estimado Corazón, que el patio de mi casa es particular y cuando se moja es que se moja de verdad. ¿Nos mojamos un poco, estimado Corazón?
Corazón.- Mojémonos, Diesel.
Diesel.- Para empezar a mojarnos… ahora que estamos en Caravaca y como usted le echa mucha cara a la vida… ¿de verdad es usted Caravaggio?
Corazón.- No sé qué decir. Me he quedado en Carabobo.
Diesel.- ¿Alguna venezolana entre sus naturalezas muertas?
Corazón.- No sé qué quieres decirme, Diesel.
Diesel.- Abra usted mucho sus lentes a lo Quevedo. Lo digo por la que está armando un maduro como usted.
Corazón.- Ejem… ejem… ejem…
Diesel.- Ejemplo… ejemplo… ejemplo…
Corazón.- Eres muy ilustrativo, Diesel.
Diesel.- Gajes del oficio, estimado Corazón, gajes del oficio. ¿Cómo mide usted la actualidad según su barómetro de meter caña por ver si alguna pica?
Corazón.- Jejeje… qué simpático eres Diesel…
Diesel.- Venga ya, hombre, estire un poco su inteligencia y diga algo…
Corazón.- Vivimos la apoteosis de la mediocridad.
Diesel.- No me sea usted tan mediocre, por favor, que me decepciona, ¿No se le ocurre nada más que sea genial aunque solamente un poco?
Corazón.- ¿Puede valer algo sobre las naturalezas muertas?
Diesel.- Puede ser porque le veo un poco muerto… de miedo… ¿o es solamente una falsa observación mía?
Corazón.- Según las veo yo, con mi quevedos, a las naturalezas muertas habría que llamarlas naturalezas inmóviles.
Diesel.- Para que se queden quietas a la hora de…
Corazón.- ¡No por favor, no lo digas, Diesel!
Diesel.- ¿Qué pensaba usted, estimado Corazón, que iba yo a decir?
Corazón..- Esto yo…
Diesel.- No. Yo no me refería a nada de eso que todos ya lo sabemos.
Corazón.- Me quitas un peso de encima…
Diesel.- Ah, pero… ¿las deja usted que lo hagan encima?
Corazón.- Esto yo…
Diesel.- ¿Acaso es usted un machista demócrata y tal y tal y tal? ¿Le ha dicho alguna de ellas que maneja usted muy bien el pincel?
Corazón.- Diesel, por favor…
Diesel.- Pero si yo sólo me estoy refiriendo a las muertas… auque sean de risa…
Corazón.- ¿Te parece que mis cuadros son de risa?
Diesel.- Según mis cálculos más o menos artisticos es usted mitad Groucho y mitad Marx. No es que pinte usted de risa sino que pinta usted de muerte. ¡Vaya paleta!
Corazón.- ¿No te gusta mi paleta?
Diesel.- Teniendo en cuenta que es tomatera, pues no. ¿Sabe usted, estimado Corazón, a qué me refiero?
Corazón.- Supongo que a la iconografía de los botes de tomates.
Diesel.- Sí. Esta vez ha usted acertado aunque es mejor decir que esta vez ha acertado usted. Su paleta es tan tomatera que para entenderla hay que pensar bastante. ¿Quizás producto del diseño?
Corazón.- Yo del diseño aborrezco.
Diesel.- ¿Usted aborrece del diseño después de la pasta que ha conseguido gracias al diseño?
Corazón.- Esto… yo…
Diesel.- Mire, estimado Corazón, como no estamos aquí para sufrir… ¡que viva la Pepa!.. ¿O no está usted de acuerdo conmigo?
Corazón.- Es que la Pepa…
Diesel.- Yo me estoy refirendo a Marisol… ¿y usted?…
Corazón.- Por un momento pensé que te referías a Pepita Jiménez.
Diesel.- Pues no. No me refiero ni a Pepita Jiménez ni a Juanita la Larga. Y ya que hablamos de Literatura inmortal y como hemos citado antes a Valencia… ¿qué le parece a usted eso que escribe Don Manuel de “la neurosis religiosa aberrante del proyecto de ley sobre el aborto”?
Corazón.- Ten en cuenta, Diesel, que don Manuel ya chochea demasiado.
Diesel.- Chochea demasiado desde hace ya muchas décadas bajo mi punto de vista porque, claro está, quema mucho y desgasta mucho las neuronas eso de tener una columna fija, muy bien pagada por cierto, en un diario nacional e internacional. ¿Usted pintaría la cabeza de don Manuel?
Corazón.- No es necesario. Me bastaría con pintar un huevo.
Diesel.- ¿Sabe usted que don Manuel dice que su cabeza es un falo?
Corazón.- Insisto, Diesel, en que don Manuel chochea demasiado.
Diesel.- ¿Será por lo del chocheo por lo que dice lo del falo?
Corazón.- ¡Jajaja! ¡Es muy lógico y razonable lo que acabas de decir!
Diesel.- ¿Lo podemos definir como un chiste?
Corazón.- Lo podemos definir como una gran verdad.
Diesel.- Gracias, estimado Corazón. Un día de estos me voy a comprar un huevo para tenerlo de mascota en honor y memoria de don Manuel. ¿Le parece una feliz idea?
Corazón.- Me parece genial.
Diesel.- Oiga, estimado Corazón, cambiando de Tercio Terol…
Corazón.- No, Diesel, el fútbol de regionales no me gusta.
Diesel.- Ya. Lo entiendo. Es usted tan artista que los equipos de regional no cuentan. ¿Cuentan o no cuentan los bailes regionales?
Corazón.- Todavía no me he dedicado a eso.
Diesel.- ¿Y a qué espera, estimado Corazón?
Corazón.- A ver si me sale algún contrato en Divinity para presentar alguna colección mía.
Diesel.- ¿Alguna colección de cromos? Le puedo dar alguna idea.
Corazón.- ¡Cuenta, cuenta, Diesel! ¿Qué colección de cromos puedo intentar colar?
Diesel.- ¿Qué le parece la de Banderas del Mundo?
Corazón.- Se me puede enfadar Antonio.
Diesel.- No. Antonio ya es un gran anciano según me lo ha dicho él mismo.
Corazón.- ¿Y tú crees que Banderas del Mundo puede colar y meter en ella la republicana?
Diesel.- Si la pinta bien seguro que sí; aunque no sé yo cómo le va a quedar al pastel. ¿Qué tal estamos con los pasteles?
Corazón.- Alguno que otro tengo.
Diesel.- Pues saque uno de ron con pasas que va siendo hora de darle un poco a las muelas. ¿Sabe algo de Federico?
Corazón.- ¿Qué tienen que ver las muelas con Federico?
Diesel.- Dese una vueltecita por Cuenca y allí se lo aclararán. Por cierto, ya que es tan cotilla… ¿es cierto que Carolina está casada?
Corazón.- No. Vive con un casado.
Diesel.- ¿Todavía se lleva eso en Mónaco?
Corazón.- Me lo ha contado uno.
Diesel.- ¿La Sexta mete o no mete?
Corazón.- ¡A tanto no llego, Diesel!
Diesel.- O sea… ¿se ha quedado usted anclado en la Quinta del Buitre?
Corazón.- ¿Cómo has descubierto que soy un buitre?
Diesel.- Deducción. No olvide usted la deducción de lo evidente y lo que es evidente es muy evidente y lo muy evidente es verdadero. ¿O no, estimado Corazón?
Corazón.- Lo que pasa es que la Sexta es muy fanática del pop y yo el pop la verdad creo que tiene su propio territorio muy bien marcado y no me atrevo a entrar.
Diesel.- ¿Ni aunque sea con la clásica excusa de pedir un poco de sal y luego ya se sabe lo que viene después según pusieron de moda ustedes los de la movida o ya la han movido demasiado y están super agotados?
Corazón.- Por favor, Diesel…
Diesel.- Cuénteme alguna vivencia estética propiamente suya.
Corazón.- Estoy super enamorado de una super modelo.
Diesel.- O sea… ¿es usted el Supermán de las telas actuales?
Corazón.- A veces hasta sueño que lo soy.
Diesel.- ¿Y cuando sueña eso le gustaría pintar a la memoria para no olvidarlo jamás?
Corazón.- Eso estoy intentando.
Diesel.- Pues ya está. Fin de la corrida… esto… fin de la entrevista…
Corazón.- Muchas gracias, Diesel.
Diesel.- Deme las gracias mañana, o pasado mañana, o al año que viene o no me dé las gracias nunca y salude a don Manuel de mi parte para ver si deja de chochear para siempre y cuando vea a don Antonio le felicita de mi parte por lo gran anciano que es.
Saco la calderilla de mis bolsillos y con gran horror veo que sólo tengo para pagar medio café. Menos mal que mi estimado Corazón se apiada de mi infortunio, paga los cafés y me regala una Fortuna completa. Pienso que estoy bien pagado por la Entrevista: café con leche gratis más una Fortuna completa, para hacer como que fumo, me saca de apuros hasta mañana. Me despido con un “hasta siempre estimado Corazón y a ver si en alguna ocasión me hecha un cable con lo de los diseños, los bocetos, la pintura y alguna modelo glamurosa a quien escribirle un verso filosófico como existimos por vosotras porque los versos románticos sólo se los dedico siempre a mi Jefa de la Redacción”. Y es que otras ni los aprecian y es perder el tiempo y el tiempo ya no lo pierdo nunca más porque luego es muy difícil volver a encontrarlo.