Croma

Cada vez que los vitrales son mirados, se piensa y no se piensa.
Hablemos ahora de un pequeño grupo compuesto por pensantes, no son todos, pero son los que son.
Para ellos los pequeños vidrios coloridos producen curvaturas fascinantes, que junto a los hermosos colores…
Hablemos ahora de curvatura y colores: ¿qué sería del mundo sin colores? pues nada, claramente, no le veríamos.
Y si no le viéramos… imaginémoslo un segundo, solo uno para no hacer de la experiencia angustiante…
Es entonces cuando emergen las curvas. Las curvas podrían salvarnos de la extinción por su comunión sagrada con nuestro tacto.
El tacto, tibio contacto… los pensamientos y sensaciones fundamentales, el amor, el cariño, el deseo, el odio…
La construcción completa de un ideario y civilización humana sostenida en la carnalidad del tacto, y en esas curvas… benditas curvas que permiten abrazarnos y hacer calzar los cuerpos como piezas de puzzle, como engranaje cósmico.

Un comentario sobre “Croma”

  1. Y en lo cósmico, amigo y compañero, reside la síntesis de nuestros pensamientos. Buen texto para filosofar un momento. Si los engranajes de las ideas consisten en hacer comprensible un texto (como sucede con este que estoy leyendo) es que podemos alcanzar las categorías de las que hablaba Aristóteles. El silogismo de un puzzle de vidrios depende de la premisa que coloquemos antes de observar. Y observando, como tú muy bien dices,, se piensa y no se piensa… pero se vive…

    Un abrazo cordial.

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