Cuando crees hacerlo bien y de repente te das cuenta de que no es así; no entiendes nada, percibes que eras tú la que tenía una percepción errónea de la realidad y entonces te caes. Te sorprendes de tu reacción, ignorabas completamente el grado de tus sentimientos…
Intentas explicarte de todos los modos posibles qué es lo que está pasando, intentas ponerte barreras donde no quieres ponerlas, intentas que la fuerza de la gravedad no cause su efecto pero al final no puedes evitarlo y todo esta donde tiene que estar, en su lugar exacto.
Y aunque no sea ese el sitio que tú quieres que ocupe, acabas entendiendo que es así y no como tú habías querido creer…
Con el paso de los años vamos aprendiendo que todo tiene su razón de ser, aunque a veces nos duela y nos cueste aceptarlo, cada cosa ocupa su lugar.
Ha sido un placer leer tu reflexión, saludos desde Tenerife.
Hola Elbereth noto que eres muy sincera cuando escribes. La verdad es que el texto es excelente porque carece de fórmulas exactas pero dices cosas tan exactas como “percibes que eras tú la que tenía una percepción errónea de la realidad” pero ¿sabes qué me sucede a mí cuando percibo eso?. Es un secreto pero lo voy a hacer público: sigo insistiendo en mi percepción errónea porque sé que no me equivoco cuando me acompaña Él. Perdona que no te diga Él pero su nombre parece molestar mucho por aquí así que imagínalo y así no tengo que decir que es Jesucristo.
Exacto! justo es el tiempo el que nos hace aprender que todo tiene su razón y su sitio, y si… duele aceptarlo. Me alegra que te haya gustado, es complicado sentirse así, pero bueno.. la vida no termina, no? Saludos desde Córdoba!!