“El vencedor está solo” es un excelente libro rico en complejidades éticas. Ya era hora de escribir algo sobre la verdadera ética que deben de tener los escritores de la Fama y el “glamour” (!dichosa palabreja esta del “glamour” en la Literatura). Con este libro, Paulo Coelho se deja de zarandajas en cuanto a los entresijos del éxito, la fama, el dinero y esos otros factores que pueden convertir a un ser humano (hombre o mujer) en un títere al servicio de la “neutralidad” en favor de los poderosos editorialistas. Este libro, sin embargo, entra en el ciclo de lo que podemos denominar como modelo cultural. Escultura de la Cultura llamo yo a eso.
Por fin Coelho abandona los “oscurantismos” y se hace lúcido, abandonando los caminos erráticos de sus anteriores obras (“El Alquimista” y “El Zahir” por ejemplo) y procede a respetar éticas y valores cristianos.
En “El vencedor está solo” reconoce que “lo políticamente correcto” es respetar lo que no se conoce y dejar de escribir sandeces para la “galería” de los focos de la Fama. Así, en este último libro, experimenta un giro de 90 grados (ya que los giros de 180 grados de los que tanto hablan las gentes es volver siempre al mismo punto de partida) y se introduce en las “playas” de la paz espiritual.
Nos quedamos solos cuando se producen los altibajos del deseo desmedido. Que lo cultural libera a los humanos cuando es lúcido, lucido y transparente. !Bastantes complicaciones pseudoliterarias hemos tenido que leer en el dichoso siglo XX!. Pseudoliteratura que, ya lo ven ustedes, se encuentran en los pináculos de la cultura fomentada por los Grandes Editorialistas… y aceptadas como obras grandiosas cuando en realidad sólo son absurdos irreconocibles por las mentes sanas.
Bien. Recomiendo la lectura de “El vencedor está solo” (del reformado Paulo Coelho).
!!Qué tonterías (ahora que hablo de literatura portuguesa) he tenido que leer en “El evangelio según Jesucristo” del indigesto José Saramago: ese mediocre escritor encumbrado por la progresía atea de los cinco continentes!!.
No me agrada particularmente Paulo Cohelo pero voy a hacerme de este libro para poder aportar algún comentario fundamentado.
Saludos!