Culpable soy,
de llevarte constante en el pensamiento
de expresar cuanto siento,
de arremeter contra el tiempo
dara morir en el intento.
Culpable soy,
de jugar con mis sentimientos,
de soñar despierto
y aferrarme a ésta emoción,
errante y puntual,
cegado por el remordimiento.
Culpable soy,
de embriagarme con los enigmas de la noche,
y despertar en el laberinto matinal
ebrio de pasión, cautivo hasta el final.
Culpable soy,
de intentarlo,
de escribir estos versos,
empapados de tinta triste,
ardientes, confidentes.
Culpable soy,
de intentarlo, de amar sin reparo
como el Icaro, ansioso de esquivar al sol
sin lograrlo.
Quisiera agradecer a una amiga… que me alcanzó la palabra exacta.
Gracias Di.
Pues una culpabilidad muy “disculpable”.
Me ha gustado mucho tu poema; fíjate que hasta le ha gustado a Crisantemo Azul, que no es fácil de contentar.
Enhorabuena y saludos.
Culpable eres y punto, que traigan al verdugo.
Aunque si te consigues un buen abogado yo creo que te convencería que lo negaras.
Fuera de bromas muy buen poema buenas rimas, buen ritmo y consistente en la fuerza del mensaje
Una verdad-Romántica
Crisantemo-Azul