¿A quién dio luces Dios
desde el cielo?
A quién, si el pájaro cae
por tener de frente al viento
a quién, si una gota
se estrella contra el suelo.
Y se evapora…
¿A quién bendijo Dios,
a las estrellas, en el cielo?
A quién, si ésta estúpida luz
tapa todo el firmamento.
A quién, si su hijo fue valiente,
y un soldado tiene miedo.
¿A quién guía Dios, arriba
en el cielo?
A quién, si te has ido
Y yo, aquí, te sigo queriendo…
!Profundo, Ismael, profundo!. Yo me hago la misma pregunta. ¿A quién si te busco y encuentro siempre una lágrima en cada esquina?. Amigo Ismael, ya no me da el mismo miedo que antes preguntarme por la eternidad. Ahora sólo pienso en preguntas sobre cosas como repartos equitativos y cartas que nunca llegan a su verdadero destino. Quizás te preguntes qué tienen que ver esas cartas con tu texto, compeñero, pero sí… hay mucho de presencia de ser valiente y ser miedoso en esas cartas sin destino. Porque me has hecho pensar que esta misma noche debo escribir una interrogante. ¿A quién, Ismael, a quién he de escribir esta noche después de leer tu texto?. Posiblemente a Dios. Espero que esta vez la carta si tenga destino aunque la envíe al buzón del correo de las infinitas preguntas sin respuestas. !Un vorémico abrazote, Ismael!.
Yo tambien me hago esas mismas preguntas, y cuanto mas escarbas, mas se te escurren entre los dedos lo que la intuición te dice que podria rozar la verdad, un fuerte abrazo amigo Ismael
Desde la rebeldía que a veces siento por aquello del reparto no equitativo, en este momento (dentro de un rato o mañana no sé) puedo decirte que las cosas así nos las mandan y así las tenemos que pasar. Y, si se puede, disfrutar de cualquier pequeño respiro que se nos otorgue.
Un abrazo.