Tome el control y me fui caminando por las nubes, todo era distinto entonces, la noche ya no existía, y el olor a lumbre se desvanecía entre los pasos agitados del jolgorio en la huida.
A lo largo una mujer gritaba, espera que te aguardan: “fue tanto mi anhelo por verla que olvide el regalo para ella”
Me dispuse a regresar por tan preciado objeto, era dulce y brillante, costoso y arrogante; mi ego hecho materia… mi poder estaba en ese anillo, incrustes de pequeños diamantes bañados con sangre, sangre que yo mismo derrame de sus dueños.
Cuando al fin recogí su premio, volví a dirigirme, mi segunda ronda por el camino, todo estaba quieto, la luz no se movía ni el viento, todo era silencio, silencio, silencio…
Llegue y al verle muerta me tire un disparo en la cabeza, cada instante de mi vida perdió valor y también mi existencia, ¡maldita sea! ¡Maldeci en viento y tierra, mar y fuego, universo y todo, todo!
Hubimos muerto allí yacidos; nos hundimos juntos al infierno, yo por asesino, ella por promiscua; ah, y ese día que me iba, que me iba porque creía que la gente cambia; porque creí que nosotros cambiaríamos.
Muy filosófico tu texto. Es de esos que no deja a nadie indiferente. A la hora de decidir cuál es el camino a tomar nos encontramos con la paradoja de elegir entre la vida y la muerte. No existe el término medio aunque muchos digan que en el término medio está la virtud. Para mí, leyendo tu texto, me da por pensar que el término medio es no renunciar a la vida.
Fijate Diesel, que atinaste en el clavo. La disyuntiva siempre es, vivir o morir. No hay mas, el termino medio es no dejarse llevar por la vida, no dejarse llevar por la muerte.
es cuestion de decidir para donde hacer girar nuestra vida, hacia el bien
o al mal. Hay muchas tentaciones pero si de verdad vivimos iremos por el bien.
Saludos
En verdad me ha impactado tu relato, con pocos trazos has planteado una historia muy densa, me quedo pensando ese principio…Tome el control con ese anhelo final ante la certeza del no cambio, me ha gustado mucho.Saludos.