Desde el cero (ese número de la nada absoluta ) podemos inventarnos y reinventarnos cada día a nosotros mismos y a nosotras mismas con sólo desearlo fervientemente. No hablo de Teología ni de Simbolismos Religiosos de ninguna clase. Os hablo de una manera de existir dentro de nosotros mismos y nosotras mismas donde, al mismo tiempo que somos anónimos ciudadanos de la Literatura podemo alcanzar, a través de la constancia, un premio mucho mayor y más grande que el Nobel: el Premio de nuestro Gran Sueño.
El futuro de las Artes (entre ellas de manera muy especial la Literatura) está en olvidarnos de nuestra propia memoria… para ir recuperándola poco a poco, hasta convertirnos en seres completamente imaginados que, de repente, por el soplo divino de Dios, se hacen realidad. Si. Es y existe la Transformación Divina a través de Jesucristo usando al Espíritu Santo. Así de claro y de fácil de entender.
Yo sueño, tú sueñas y él o ella sueñan… por lo tanto partamos cada día de un punto “cero” vorémico y naveguemos sin rumbo alguno por la heterodoxia literaria… lejos… muy lejos de las ortodoxías academicistas que nos quieren imponer leyes y normas caducas a nuestros propios e íntimos registros literarios cara al futuro. El futuro es Hoy mis amigos y amigas… es Hoy… cuando estás escribiendo tu texto con ideas nacidas no de la razón, ni tampoco del corazón, sino del alma… esa alma de la cual muchos ateos proclaman que no existe.
¿Cómo podríamos ser seres vivos si no tuviésemos alma?… Pues es de ese alma de la que han renegado muchísimas figuras y “astros” del marketing de las Famas, de donde nace la Verdadera Literatura… lejos… muy lejos del gusto de las célebres editoriales… Sigamos… Sigamos siempre Soñando…