Después de muerto,
qué serán de mis pensamientos, mis sentimientos, mis remordimientos,
quién se hará responsable por la continuidad de mis sueños y proyectos,
cuál de mis amigos, levantará su copa y brindará en mi memoria,
“A su salud y que Dios lo tenga en su gloria”.
Después de muerto,
Llevarán flores a mi huerto, una lapida gris y un mensaje modesto,
los amigos enemistados, olvidaran sus diferencias como señal de respeto,
quienes me han querido, llorarán mi ausencia, extrañaran mi presencia,
y lamentaran no haber compartido un poco más de mi existencia.
Después de muerto,
dejarán de lado mis antiguos errores y recordaran mayormente mis valores,
alguien se hará cargo de mis deudores, otros alimentaran antiguos rencores,
algunos pensaran simplemente “A rey muerto, rey puesto”
y se mostraran curiosos sobre la existencia de algún testamento.
Después de muerto,
una mujer bella y misteriosa como ninguna,
tan serena y candida como la luna,
se acercará a mi cuerpo inerte, tomará suavemente mi mano,
y aliviando su pesar, entre sollozos me dirá tiernamente “te amo”.
Después de muerto,
me convertiré en el amigo perfecto, en el hermano predilecto,
en un excelente profesional, en alguien cabal y de notable intelecto,
mientras tanto, seguiré siendo quien soy, una persona en proyecto,
uno más, como los demás, intentando madurar y superar sus defectos.
Así un día y de modo inesperado la vida se desvanecerá,
y enfrentaremos el momento en que cada uno es cada cual,
finalmente nuestras glorias y miserias se irán a dormir
al lugar donde la carne se pudre, bajo la tierra que la cubre,
y solo quedará vivo el recuerdo que dejamos después de muertos.
Todos los seres humanos (hombres y mujeres por igual) somos trascendentes en el sentido de que mientras estamos en esta vida estamos influenciando sentimientos diversos (de aceptación a veces o a veces de rechazo) en múltiples personas que nos rodean y forman parte de nuestra íntima existencia. es curioso que después de muertos es cuándo más se nota esa traacendencia o al menos cuando más lo dejan entrever las personas que han convivido con nosotros. Tu poema es interesante en ese sentido de meditación inicial (¿qué será de nosotros después de muertos?) para terminar a medida que va discurriendo el poema con afirmaciones que confirman nuestras trascendencias. Vas haciendo desfilar algunos personajes que te llegan de cerca y estoy seguro de que habrá muchos más en tu vida. Todos ellos son partes alícuotas de nuestra existencia como agentes activos de la Humanidad y en ese momento en que nos vamos definitivamente cada una de esas partes alícuotas nos mostrarán su impronta, esa impronta que dejamos en medio de sus pensamientos. Versos largos son los que esquematizan tu poema porque larga es la meditación final. No sólo quedará vivo el recuerdo que dejamos después de muertos, sino que también quedará siempre viva esa trascendencia se hable de ella en cuerpo presente o se quede en el subconsciente de quienes nos conocieron. Un abrazo. Es muy buena tu reflexión.