Desvanécete conmigo,
derritamos juntos,
en este plano y llano
sentimiento ajeno de muros .
Dale luz a tus mejillas
con el brillo de nuestro
resplandor poético y
amado.
Amor,
Rómpete en dos,
y deja al lado frío
sobre la piedra de la
pena olvidada,
y desvanécete conmigo,
que seré la otra mitad,
el otro lado del edén.
Quédate así tapado
y sin llorar a los diablos
de la furia y el miedo,
para ser ángel en mi cielo.
Mi suavidad ,
cubrirá tus anhelos,
tus quebrantos,
porque que mi mundo
está hecho para que
sea por siempre así.
Creo que no me equivocaría al decir que la palabra aplicada al amor coexiste con la metáfora. El texto suspira, como una vez más de otras tantas, el sentimiento que nos hace perder cientos de veces la cabeza y por el cuál daríamos la vida, olvidando a veces que no siempre existió el halo enternecido, la explosión de los cuerpos y del amor…
Ese desvanecer el Amor en un juego de la dualidad de los dos amantes para resurgir como un hecho sin quebranto adorna tu poema de anhelo poético y etéreo. Me gusta esa sensación sutil y evanescente. Un beso, NASIA.