Quito, 13 de enero de 2005
Nunca podemos vencernos a nosotros mismos. Charlie Chaplin quedó segundo a la hora de ser él mismo, incapaz de hacer reír a todo el mundo con más perfección que su sosias de turno, Elvis Presley no era nadie comparado con sus innumerables sosias (el de Tupelo murió en medio de sus impotencias) y Shakira se desmelena, desesperadamente, porque Carlita, una linda peladita de Tulcán, la ha vencido…
Hablo con Iván, hablo con Jorge, hablo con la vecina de enfrente, hhablo con el jardnero, hablo con Sultán… en todas las conversaciones sigo siendo ese segundo del reloj que contemplo para reconciliarme con el tiempo y todo ello porque hoy he visto pasar al sosias de Iván que quizás sea Santiago García o sea quizás Lucas Fernández. Acaricio los tilos de la vereda y vuelvo a mirar los segundos del reloj. Todos somos segundos. nacemos en un segundo determinado y morimos en un determinado segundo…
!Hora de ir al cine!. Tres mil seiscientos segundos para quedar citado con la Princesa. Entre tilos y tillos pasan las horas…
Y en la guardería todo el coro infantil almuerza dispuesto a salr al jardín a columpiar sus sueños en las llantas del atardecer. ¿Duerme Gabriela.. Quizás sí…
Lo que quizás no pasará a la Historia del Cine es Un vecino más peligroso. Decepcionante. Pero es que, en realidad, hasta Bruce Willis es sólo un segundo de sí mismo y a veces lo que no concuerda con la fama de los míticos superhombres de la filmografía es que no sonmás que calcomanías de su personalidad. Algo así como Santiago colgado de su celular.