Es Milk nuestra pequeña perrita callejera, poéticamente peluda y pelosa, de raza indefinida, zalamera hasta el entusiasmo, que lleva ya mucho tiempo dándonos lecciones de camaradería, de amor, de honestidad y, sobre todo, de canina obediencia y humildad sin límites.
!Qué gran ejemplo es la Milk de todos los despertares matinales, de todos los días angostos, de todos los atardeceres luminosos, de todas estas noches pasadas y por pasar en que ella, fiel guardiana de nuestros secretos hasta el exterminio, corre, noblemente gozosa, a lamernos las manos y decirnos, con su fiel mirada, que siempre estará con nosotros y a nuestro lado!. !Qué demostración de lo que deberíamos ser los humanos para con nuestros semejantes!.
Y nosotros le damos de comer a Milk porque ella se merece el mejor de los cariñosos anhelos de nuestro corazón