Gustavo Adolfo Bécquer escribe:
“Cendal flotante de leve bruma,
rizada cinta de blanca espuma…
eso eres tú…
En mar sin playas onda sonante,
en el vacío cometa errante…
eso soy yo”.
Voy con mi sexteto
Cuerpo de fuego eres tú en la cama
que a mi ser entero haces llama…
eso eres tú mi esposa…
Mar bravío que rompe la calma
y la transforma en belleza de alma…
ese soy yo con mi rosa.
Y ahí añado este otro hecho en brevísimos minutos.
Un beso rojo pintaste en el día
en que la luz en tus ojos vivía
como fuente de agua cristalina.
Y tu voz diáfana y pristina
mi corazón abrió mientras moría.
Un nuevo vivir contigo ya nacía
mecido en tu pelo que te caía
sobre los hombros en forma de alud.
Y tus ojos a mi cuerpo revivía
en medio del paisaje y la alegría
dándome así esta entera salud.
Y otro para terminar.
Volverán los días florecidos
por la Gracia de Dios ya mantenidos
en el jardín de tu cuerpo renacer.
Y aquellos que parecían heridos
surgirán de nuevo renacidos
en dos vidas unidas en un Ser.
Eres grande entre los grandes… no hay más que decir.
Un beso
Se oye guarrísimo el primer ¿sexteto?
A partir del segundo no me tomé la dedicación de leer.
Me parece que eres admirable, compadre. Te dedico una mordida.
tu esposa debe estar muy satisfecha de las cosas tan bonitas quw escribes sobtre ella, un abrazo