¿Amar u odiar?. Dicen que son dos extremos de nuestros sentimientos. Y dicen que los extremos se juntan de alguna manera. El amar y el odiar ¿pueden ser complementos de un mismo espíritu?. Inducidos como estasmos al entusiasmo de admirar lo bello y hermoso que nos rodea (incluso lo bello y hermoso que hay en la naturaleza humana) y a detestar lo feo y aberrante que observamos (incluídas algunas acciones humanas) podría darse el caso de que del amor al odio no haya apenas distancias… No lo sé. Me considero un ser lo bastante equilibrado para mantener muchas distancias entre ambas dimensiones pero el caso es que hay ejemplos de personas que apenas tienen barrera entre ambas expresividades y pasan del amor al odio como un centelleo continuo.
Quizá todo dependa únicamente de la composición anímica del espíritu inasible de cada uno de nosotros. ¿Qué opináis vosotros y vosotras compañeros y compañeras del Vorem?. ¿Quizá la felicidad estriba en la cantidad que poseemos para amar y por contra la infelicidad estribe en lo opuesto?. ¿Y en cuánto grado actúan las diversas circunstancias que nos rodean para amar u odiar de manera casi inexplicable?. Os dejo abiertas las respuestas.
Concluyo el tema con un simple pensamiento: “La distancia que existe entre el amor y el odio depende, exclusivamente, de lo que desee cada ser humano. Hay quienes saben amar y no odian nunca y hay quienes saben odiar y no aman nunca”. Estos últimos son siempre infelices a pesar de sus “aparentes” felicidades.