Todos los días veía millones de lágrimas negras recorriendo la infancia inexistente, la muerte cabalgaba sobre las espaldas de los niños y los ancianos riéndose a carcajada impúdicamente de la Humanidad Negra. Allí, en los pocos que podían mirar sin miedo,yo sólo veía nostalgia y debilidad. La anemia y las complicaciones respiratorias complicaban aún más la agonía de aquellos seres fantasmales. El sida pasaba su guadaña segando las gargantas de la vida… El Gran Baboso de la Muerte arrasaba…