Don Alfonso se encuentra con Bellaluz en la Plaza de Canalejas de Madrid.
Don Alfonso.- !Que bella está usted hoy que parece verdadera Luz, Bellaluz!, Y perdone el retruécano pero es que yo soy así de primoroso…
Bellaluz.- Ye veo… ya veo cuán primavera es usted… que se le van los ojos haciéndose cada vez más atigrados…
Don Alfonso.- Es que, como verás pimpollo, yo soy un verdadero tigre en estas cosas….
Bellaluz.- Pues yo sé, desde la escuela primaria, que los tigres sólo son animales…
Don Alonso recibe cómo una literaria bofetada choca en su cara.
Don Alfonso.- Vaya que es usted dura… Bellaluz…
Bellaluz.- Perdone usted, Don Alfonso, pero es que mi mano no es para cualquiera…
Don Alfonso.- Eso de cualquiera… ¿lo está diciendo por mí?… bella dama…
Bellaluz.- Lo estoy diciendo por quienes saben de la Libertad de Expresión sólo la última palabra… y quizás usted…
Don Alfonso.- ¿Quién?. ¿Yo?. ¿Acaso no cree usted que sé lo que es la Libertad de Expresión?.
Bellaluz.- Le aclaro una cosa muy sencilla de entender… usted y los que son como usted saben de la Libertad de Expresión sólo la Expresión…
Don Alfonso.- ¿Sólo la Expresión?. Pero ¿si yo soy un experto en libertades?…
Bellaluz.- Pero ¿sabe usted de verdad lo que es la Libertad?.
Don Alfonso.- Pues claro que sí lo sé… Libertad es poder expresar…
Bellaluz.- Expresar ¿qué?…
Don Alfonso.- Expresar mi libertad sin complejo alguno…
Bellaluz.- ¿Sin complejo alguno y va usted con un bigote que se parece a Hitler sólo que en miniatura?…
Don Alfonso siente como otra bofetada literaria choca en su rostro y se queda, momentáneamente sin habla.
Bellaluz.- ¿Qué me dice de la Libertad?.
Don Alfonso.- Que yo sepa sólo existe una libertad…
Bellaluz.- ¿Ya ve cómo usted sólo sabe la Expresión?…
Don Alfonso.- No entiendo nada… de nada… de nada… preciosa…
Bellaluz.- Sabe lo que le digo, Don Alfonso, que siga usted con su ignorancia y déjeme caminar libre ya que tanto dice que conoce la Libertad…
Don Alfonso (perplejo porque se le escapa la presa).- Pero… yo… yo lo que quiero es aprender…
Bellaluz.- Pero ¿no ha dicho antes que de estas cosas, como nos llama usted, sabe más que nadie?.
Don Alfonso siente otra bofetada literaria.
Don Alfonso.- ¿Cosa usted?… !Dios me valga decir tal majadería!…
Bellaluz.- Pues mayores majaderías ha dicho usted…
Don Alfonso.- ¿Mayores majaderías que llamar cosa a una mujer hermosa…
Bellaluz.- Ya que de pareados hablamos ¿qué le parece hay tipos que parecen micos?…
Don Alfonso.- ¿Me está usted a mí llamando mico?…
Bellaluz.- Usted sabrá, Don Alfonso, pues sabe mucho de monos, monitos, monicacos y monicaquitos… que hablando de manicaquitos suelen hacer bastante caquita ya que de diminutivos estamos hablando…
Don Alfonso (cada vez más descubierto).- ¿Me está llamando diminutivo a mí?…
Bellaluz.- !Claro que sí!. Que yo me sé otra clasificación que es la siguiente… apunte… apunte usted bien para que no se le vaya de la memoria.
Don Alfonso.- Espere un momento que saque la libreta bancaria…
Bellaluz.- !Está usted totalmente en la inopia!. ¿Usted cree que yo soy de las que se compran?.
Don Alfonso (más corrido que una mona).- No… si es para apuntar la clasificación… y como no sé escribir en hojas pues lo hago en mi cuenta bancaria…
Bellaluz.- Si. De cuentas bancarias sabe usted demasiado…
Don Alfonso (apunto de quedar noqueado).- No lo crea… que sólo voy tirando…
Bellaluz.- ¿Es que sabe usted tirar?…
Don Alfonso.- Me está poniendo usted, linda flor, muy nervioso…
Bellaluz.- Pues después de nuestra conversación… tómese unos buenos litros de tila so lila…
Don Alfonso.- ¿Cómo?…
Bellaluz.- ¿No le gusta a usted los nombres de tantas plantas para piropear?… y que conste que sólo he hecho otro pareado nada más… así que no se ponga tan nervioso.
Don Alfonso (demudado el rostro).- Diga… Digame la clasificación por favor… ardo en deseos de saberla…
Bellaluz.- Primero conténgase sus deseos y una vez que se haya contenido le dicto despacio para que sepa de la clasificación general y de la Libertad de Paso…
Don Alfonso.- ¿De la libertad de Paso?.
Bellaluz.- !Sí claro!. ¿No es usted tan gracioso como su tocayo Alfonso Paso?. ¿Quiere o no quiere que le dicte, ahora, mi clasificación general y que conste que no hablo de fútbol… sino de otra clase de pelotas…
Don Alfonso siente otra bofetada literaria en el rostro.
Don Alfonso.- ¿Me está llamando a mi pelota?…
Bellaluz.- Pues si… pero eso queda ya en el olvido y si quiere váyase a su nido…
Don Alfonso.- ¿Otro pareado más?. Además de bellísima es usted verdaderamente inteligente…
Bellaluz.- Parece que ha comprendido ya usted lo que quiero decir cuando le digo pelota…
Don Alfonso con la cara más blanca que la cera.
Don Alfonso.- No… no siga más…
Bellaluz.- ¿Pero si el que me está siguiendo todo el rato es usted a mí?… lo que no sé si es usted un verdadero tigre como dice o un simple perrillo faldero…
Don Alfonso ahora se queda mudo.
Bellaluz.- ¿Le dicto o no le dicto mi claficación general?…
Don Alfonso (abriendo la chequera para anotar en ella con su bolígrago “Made in Bank” que ha birlado en un descuido de su jefe).- Anoto anoto…
Bellaluz.- Vamos despacio y con buena letra. Primero anote que hay hombres…
Don Alfonso.- Anotado…
Bellaluz.- En segundo luhar hay hombrecitos…
Don Alfonso.- Anotado…
Bellaluz.- En el tercer escalón están los hombrecillos…
Don Alfonso.- Anotado…
Bellaluz.- Y en cuarto y último lugar del escalafón está el mono titiritero que es muy famoso en el mundo entero…
Don Alfonso.- ¿Otro pareado?…
Bellaluz.- No. Esta vez no se lo tome como un pareado literario sino como un cuento que me contó un día mi amado esposo…
Don Alfonso.- Pero… ¿está usted casada?…
Bellaluz.- Por supuesto que si. Con un hombre…
Don Alfonso.- Es que yo creía que…
Bellaluz.- Yo no creo que tenga usted que creer nada sobre mí ni sobre él y si se lo cree peor para usted… pero ¿sabe bien lo que es un mono titiritero?…
Don Alfonso.- Pues los que llevan los gitanos a las ferias de los pueblos…
Bellaluz.- Deje en paz usted a los gitanos, racista, que son más que usted…
Don Alfonso (ahora muy colorada la cara).- ¿Más hombres que yo quiere decirme?…
Bellaluz.- Pues sí. Cualquiera de ellos. Hasta los más pobres y hambrientos…
Don Alfonso.- Yo no…
Bellaluz.- Usted no qué…
Don Alfonso.- Yo no sabía…
Bellaluz.- Vuelvo a repetirlo… ¿no dijo usted que lo sabía todo?…
Don Alfonso.- Quizás me confundí…
Bellaluz.- No se confundió usted para nada cuando hizo su clasificación general pero ¿qué le parece ahora la mía?…
Don Alfonso (animándose de nuevo).- Muy buena… tan buena como usted…
Bellaluz.- Le repito que no le estoy haciendo caso a ningún machista…
Don Alfonso.- ¿Yo machista?…
Bellaluz.- Más que demostrado está…
Don Alfonso (intentando sonreir con su falsa sonrisa de siempre).- Pero ¿me tendrá usted catalogado en el primer escalón de su clasificación general, verdad?…
Bellaluz.- Pues no…
Don Alfono (intranquilo pero tan falso como Judas).- ¿En el segundo quizás?…
Bellaluz.- Tampoco…
Don Alfonso (ya muy nervioso pero tan falso como Judas).- !Pero seguro que estoy a la cabeza de los del tercer escalón!.
Bellaluz.- Tiene usted muchos deseos de estar en los escalones altos… tenga cuidado… no venga enfadado mi hombre y baje usted todos los escalones de un sólo golpe…
Don Alfonso (completamente nervioso).- ¿Es que me va a pegar?.
Bellaluz.- ¿Quién?. ¿Mi hombre?. !A mi hombre solo le entra risa las cosas de los monos titiriteros… ya ve usted lo que son las cosas!…
Don Alfonso (totalmente pálido).- Pero no le avise por favor…
Bellaluz.- Pero si lo sabe. Si lo ha sabido siempre. O es que usted cree que mi hombre es tan tonto como un mono titiritero…
Don Alfonso.- O sea, yo…
Bellaluz.- Si. Usted nunca le engañó a él y, es verdad, yo le clasifico como solamente un vulgar mono titiritero… y conste que soy yo… porque él ni le hizo ni le hace caso como no hace caso al ocaso de Alfonso Paso…
Don Alfonso siente la penúltima bofetada literaria.
Don Alfonso (haciéndose otra vez el Judas pero con la procesión por dentro).- ¿Y qué tiene que ver todo esto con la Libertad?…
Bellaluz.- Apunte… apunte otra vez usted en su deslumbrante chequera de no sé cuántos ceros a la derecha… o a la izquierda… que eso a él le da lo mismo y a mí de paso también…
Don Alfonso (temblándole la mano).- A…pun… to…
Bellaluz.- Pero no tiemble tanto. ¿No le digo que lo sabía todo y si entonces que lo sabía todo no le dijo nada menos le va a decir ahora?. Y además es sólo un pensamiento… nada más que un pensamiento… !cómo le gustan tanto a usted las flores!… pues le ha regalado él a usted un pensamiento que aquí está…
Don Alfonso.- Pero… ¿es que lo tiene escrito?…
Bellaluz.- Pues claro que sí. Si lo sabe el mundo entero. Que no. Que no es para asutarle. Es solo para que le recuerde…
Don Alfonso (haciéndose de nuevo el Judas).- Pues no recuerdo nada…
Bellaluz.- Pues ni falta que le hace a él que usted le recuerde o no le recuerde. Pero mire. No tiemble más que no tiene nada que apuntar ahora. En este papel lo tengo escrito. Lea. Lea…
Bellaluz le entrega el papelito mientras Don Alfonso lee en voz alta mientras se va bajando muy lentamente el telón.
Don Alfonso.- “Libertad, hermosa palabra cuando se trata de la libertad de nosotros mismos pero !qué dificil es aceptarla cuando se trata de la libertad de los demás!”.
Bellaluz.- Le recuerda ya algo esto… pues hala… vayase usted a su nido que yo nada le pido… y co esto de usted me despido…
Don Alfonso.- Espere… Espere… Quiero presentarle mis disculpas a su hombre…
Bellaluz.- Adiós, Don Alfonso. !Él nunca ha necesitado sus disculpas para ser un hombre feliz a mi lado!. Chao… como dicen en las Américas… y ya sabe… la próxima vez que vea usted a un hombre tenga mucho cuidado que le pueden partir la cara de un solo tortazo que sí que va a parecer un paracaidista de verdad bajando desde las nubes y no lo digo por el mío sino por otros que no tienen tanto aguante.
Se baja el Telón mientras ella se marcha tranquilamente y Don Alfonso se queda con la boca abierta… mientras una moscón verde se mete en ella
Don Alfonso.- Esto me pasa a mí y a otros muchos como yo por bocazas…