Hay balcones llenos de geranios enlatados.
Bicicletas atadas a los barrotes.
Poetas silenciados por miedo a no ser normales
y animales desatados en los portales.
Perros con sus dueños cantando villancicos.
Un burro en la parroquia que canta del revés.
Todo cambia por decreto y el turrón está barato,
es mejor pasar un rato al derecho y no al revés.
¡Oh blanca Navidad, con selvas incineradas!
Señorones barriga con el movil de oro y plata
jugando a la baraja de los ganadores de cualquier fecha.
Alguien se asoma a la ventana
con un gorrito de lana y sin pelo en la cabeza.
¡Un día es un día! La felicidad es el mejor camino para
dejar las pestañas pegadas en los escaparates.
El sueño de ser compulsivo,
es como el caballo, adictivo y hasta promíscuo.
Las postales se venden poco dice el del quiosco.
Postales de navidad, con la virgen y el niño del año pasado,
con la campanita al aire y el espumillón manchado
de tanta Navidad, que canta solo.
Lo mejor del poema es la verdad escondida.
Poetas somos todos en medio de la vida,
ya sea Navidad o no lo sea.