Hay de Badajoz un Caballero
que da vueltas por el mundo.
Todos le dicen vagabundo
pero él tiene buen dinero.
De oro es el verdadero
caudal del trotamundo
y queda algún inmundo
que le llama pordiosero.
Hay de Badajoz un poeta
que tiene sólo por meta
luchar sólo por su amada.
Y el Caballero se acuesta
caliente con ella cierta
mientras pasa de la malvada.
Ante todo dignidad, si señor.
Ese caballero de badajoz va con la cabeza bien alta.
Un besote.