Hoy , ayer, hace un mes, cualquier otra medida de tiempo común a nuestra vida marca el principio del fin, que nos atañe a todos, que nos iguala en el final.
La sorpresa, llega cuando se ejerce de equilibrista, creyendo burlarse de la muerte. Pero ela aquí, presente, calma, inexorable.
Apenas ayer, el paseo entre la arboleda era dulce y melancolico
Apenas ayer, me mirabas con deseo.
Hoy otra persona toma el lugar de mi ser, el estigma la marca de origen, Reclama su protagonismo. Aún era ayer cuando despreciaba la belleza, cuando me asfixiaba su excesiva maravilla, ironizaba con que era perfecto para la postales pero no para mi.
Hoy siento que todo me es ajeno, aún ayer, paseaba entre los arboles, las hojas doradas caian con suavidad como hace 1000 años, todo seguia su curso inalterable. En el camino doy una paso, otro, me siento en una piedra.
(…) En estas horas lentas y vacias, me sube del alma a la mente, una tristeza de todo el ser, la amargura de ser al mismo tiempo una sensación mia y una cosa exterior, que no está en mi poder alterar.
Me hace pensar tanto el título como el texto…, un abrazo
Hola Rosa, muchas cosas pasan todos los días en el mundo y todas han pasado desde hace más de 1000 años, pero para nosotros es nuevo, ya que nuestra vida es un parpadeo y es por eso que nos es nuevo. Acierto contigo en que el dolor nos es nuestro y es ajeno, ya que sabemos que ha sucedido a miles de personas desde hace más de 1000 años, pero eso es para que veamos que nunca vamos a estar solos en una situación difícil, siempre habrá alguien que nos pueda comprender. Saludos, buen texto. 🙂