Artistas de la talega, esculpiendo en las cenizas del tiempo,
condenando al exilio de medias verdades,
las respuestas sinceras a los prodigios de nuestro ser,
buscando poner fin a nuestro circulo de nacimientos y muertes.

Logia invisiblemente difundida entre los hombres,
persiguiendo, vigilando permanentemente
decidiendo nuestro destino, nuestra suerte,
nuestro fracaso y hasta nuestra muerte.

Eternos moradores de la tierra,
perpetuos testigos de una historia inexorable
gobernando al mundo en silencio,
apostados en el umbral de lo impenetrable.

El mundo sensible en sus manos,
la verdad absoluta en el silencio de sus labios,
autores intelectuales del Dei Verbum y sus misterios,
La divina revelación, jamás revelada a los humanos.

Las falaces enseñanzas, de las Sagradas Escrituras
esbozadas durante las centurias que duran sus tertulias
ocultando décadas de invasión y torturas,
donde se han escarnecido a los fantasmas de la sublevación
confundiendo la mente del hombre, con los desvaríos de la salvación.

Quien podría oponerse a la voluntad de sus designios,
solo un hombre con dotes de Santo los enfrentó en sus dominios,
y lo acallaron, gritando desde la plebe “Liberen a Barrabás”
solución pragmática a una supuesta divinidad,
postergando una vez más, el despertar de la humanidad.