Encubren las letras las penas
y el sentir de las almas quebradas.
Allá a lo lejos,
un pájaro canta al despuntar la línea del alba.
Despiertan las mentes,
los cuerpos se agitan,
la misma pobreza, o más todavía.
Atrás quedó la huella
de aquel que vino de visita
bajo palio y ostentando
su poder, sus riquezas
y su enfado
al ver que las almas no redimía.
¿A quién dio de comer su presencia?
A nadie,
pan no traía
Siguen más pobres los pobres
y otros se agregan a la lista,
de sus bolsillos pagaron
un gasto que no debían.
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Buena crítica Wersi. Un abrazo cordial y amsitoso.