Aquella manera de hablar que le acompañaba desde niño y que anunciaba a los cuatro vientos su origen de “quiñachicalle” y aquella expresión de “manavalí”, le hacía ser un hombre acholado, ´tímido y avergonzado de haber venido a este mundo.
Sobre la humilde mucama caía siempre la furia y la mala entraña del gamonal Andrés cuando éste venía de un “chuchaqui” sintiéndose vacío y miserable. Entonces era cuando ella reciobóa una llovizna de ultrajes e improperios con los consabidos !lárgate, carajo! !pendeja! !lárgate, desgraciada!.
Y el gamonal alcoholizado se extraviaba entre la escondida impotencia de su furia machista y, para aparentar ser macho, levantaba la voz y se enzarzaba con el “Palanquete” Buendía, que siempre era, por su flacuchenta debilidad física, quien sufría el consabido puntapié y los puñetes del borracho.
Así era la vida en aquel perdido pueblecito de cholos, chagras, gaonales, chullas y caciques oligarcas que tenían sometidos a su antojo a toda la población.
El gamonal Andrés abusaba también sexualmente de la humilde mucama y luchaba contra “Sapo” Jiménez en el afán de poseerla a su antojo. El gamonal Andrés y su compadrito “Sapo” Jiménez siempre bebían juntos hasta llegar a la borrachera.
– !Tú dirás lo que quieras “Sapo2 pero ella es sólo mía!.
– Verá usted, don Andrés, que tarde o temprano se la arrebato.
– Compadrito Jiménez… !déjese de pendejadas!. Aquí el macho soy yo y usted dedíquese, como siempre, a sus chismorreos de vieja…
Lo que el gamonal Andrés y su compadrito “Sapo” Jiménez no sabían es que acababa de llegar un nuevo gobierno al país y que la humilde mucama se había largado con su pequeño equipaje a la tierra de sus parientes montubios donde ahora ya iba a llevar una existencia digna y lo más feliz posible.
“Sapo” Jiménez murió pocas fechas después como producto de un coma etílico y el gamonal Andrés, junto con su cacique terrateniente oligarca al que servía, habían sido juzgados por estafas continuas y por violación de los derechos humanos y ahora se enfrentaban a una pena de 40 años de cárcel.
Y es que ahora había llegado un nuevo gobernante al poder de la nación y estaba, por fin, iniciándose la Justicia en aquellos perdidos pueblos.
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Notas Aclaratorias
“quiñachicalle”.- niño recogido de la calle y adoptado por una familia poderosa económicamente.
“manavalí”.- perro sin valor y despreciable.
“mucama”.- humilde sirvienta, empleada de hogar de origen campesino.
“chuchaqui”.- resaca posterior a una borrachera.
“gamonal”.- capataz terrible y violento al servicio de un oligarca terrateniente o cacique.
“montubio”.- campesino en algunas regiones de Latinoamérica.