Sala de hospital. Una camilla con bulto “humano” bajo la sábana. Foco de luz blanca. Botellín de suero. Un aparato medidor de pulsaciones de corazón con sonido muy lento (bip… bip… bip…). Al frente hay una Luz Azul.
José (Monologando).- ¿Qué ocurre? ¿Dónde estoy? ¿Por qué visto así? ¿Qué es todo esto? ¿Dónde está mi terno? ¿Y estas zapatillas? ¿Por qué llevo puestas estas zapatillas en lugar de mis zapatos? ¿Y esa camilla? ¿Quién yacerá ahí?
(José se acerca despacio hacia la camilla mientras el aparato medidor sigue lentamente con su bip… bip… bip… hasta que levanta la sábana. José se vuelve repentinamente hacia el público. Está completamente perplejo)
José (como hablando con el público).- ¡No puede ser! ¿Pero si soy yo mismo? ¿Qué significa esto? ¡No puede ser verdad! ¡¡Estoy soñando!! Eso es… ¡¡estoy soñando!!.
(José se restrega fuertemente los ojos y los abre sacudiendo la cabeza. Mira hacia atrás y ve la misma realidad. Se vuelve de nuevo hacia el público)
José.- ¿Es que he muerto de verdad? ¡¡No puede ser cierto, Dios mío!!
(José se dirige hacia la Luz Azul que le atrae poderosamente)
José.- ¡¡Dios mío, Dios mío!! Estoy soñando…¿verdad?… ¡¡Estoy soñando!!
(Como respuesta el sonido del bip… bip… bip… aumenta de intensidad)
Voz desde la Luz Azul.- “Todo soñador de sueños ha de ser muerto. Los que viven saben que han de morir”
José (hablando con la Luz Azul).- Sí… todo eso lo sé muy bien. Lo he leído muchas veces en la Biblia… pero ahora es imposible que yo muera. Soy muy joven todavía. Tengo toda la vida por delante y muchos planes por realizar.
(Silencio)
José.- Me encuentro en el momento ideal para cumplir mis anhelados sueños. Ante mí tengo un porvenir sensacional. Estoy a punto de ser ascendido a uno de los más altos cargos de la Empresa. El contrato con la Texaco está listo para mi firma. He tenido que sacrificarme durante muchos años para llegar a donde estoy y sé que tengo, todavía, un largo pero feliz camino por recorrer.
(Un silencio algo más largo que el anterior)
José (Totalmente nerivoso. Retorciéndose las manos por la ansiedad se vuelve de nuevo hacia el público)
José.- ¡He planificado! ¡He planificado como Dios manda mi futuro y el futuro de mi familia! ¡¡¡He sido prudente, paciente y planificador!! ¡He… he…! ¡¡No puede ser!!
(José se vuelve a dirigir, repentinamente, hacia la Luz Azul)
José (Ya sin dominio propio).- ¡¡Esto no es cierto, Señor!! ¿Qué será de mi familia si muero ahora? ¡¡Todos dependen de mí!!
Voz desde la Luz Azul.- “Velad y orad, porque no sabéis cuándo será el tiempo. Es como el hombre que yéndose lejos de su casa y dio autoridad a sussiervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase. Velad pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señorna casa; si al amanecer o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana. Velad para que cuando venga de repente no os halle durmiendo”.
José (Mucho más tranquilo).- Pero… ¡no es justo, Señor, que yo muera en estos momentos! ¡Tú no eres sordo a las peticiones justas porque eresel Dios de Justicia en quien yo siempre creí!! Entonces… ¿por qué?… ¿por qué permites que me llegue la Muerte ahora? ¡Precisamente ahora!
(Largo silencio mientras José mantiene su vista ante la Luz Azul)
José (Volviendo a impacientarse).- ¡¡Mi esposa!! ¡¡Mis hijos!! ¡¡Toda mi familia!!
(Breve silencio)
José (Nervioso).- ¿Y yo? ¿Qué pasa conmigo?
(De nuevo el silencio)
José (Reclamando).- ¡Anduve siempre por el buen camino! ¡Te fui fiel en todos los momentos de mi vida! ¡Acudí a los cultos dominicales, diezmé, ofrendé y siempre crei en Ti y en Tu Justicia!
(Le vuelve a responder el silencio)
José (Sigue reclamando).- ¡Supe proveer a mi hogar! ¡Jamás engañé a mi amada esposa con mujer alguna! ¡No bebí, no fumé, guiardé todos tus mandamientos!
(Largo silencio)
José (pateando el suelo y gritando fuera de sí).- ¡¡¡Por qué entonces he de morir ahora!!!
(La respuesta es que el sonido del bip… bip… bip… sigue subiendo en intensidad y, de repente, suena un potente trueno y se produce un largo silencio mientras José permanece de pie pero sobrecogido)
SE BAJA EL TELÓN.
FIN DE LA SEGUNDA ESCENA.