No todas las parejas que se casan, del mismo o diferente sexo, son auténticos matrimonios.
Con toda la polémica que ha surgido sobre si merece llamarse “matrimonio” a toda “unión de hecho”, mi esposa Carmen y yo quisiéramos aportar nuestra modesta opinión como ciudadanos, católicos y que llevamos casados 28 años.
Consideramos que sólo puede hablarse de “matrimonio verdadero” cuando la pareja cumple dos requisitos indispensables: Que entre ambos cónyuges reine el Amor y la Tolerancia.
Siempre ha habido muchos tipos de familias, pero las genuinas son las que se quieren a ojos vista y son comprensivas con las demás familias. “La familia sí importa”, por supuesto, pero aún representa más el Cariño y la Solidaridad para con todos nuestros iguales, sin que la fraternidad humana distinga por la preferencia sexual de cada ser humano.
Es cierto Agirregabiria. Lo genuino es el Cariño y la Solidaridad. Sentirse dos seres humanos en todas las facetas del común vivir y caminar. Ser compañeros de la fraternidad humana, tolerantes y a la vez profundos amantes.
Estimado Aguirregabiria:
A los ojos de la gran Verdad que supone una sociedad tolerante y solidaria, el Amor no es una moneda que deba tener diferentes valores. Amarse supone tanto la comprensión, como las dificultades de la convivencia. Si toda esta reflexión social nos conde hacia algo positivo en favor de lo humano y lo digno, creo que tu opinión y tu experiencia son suficientes para que otras diferentes se sostengan en argumentos de Amor, Comprensión y Tolerencia. El miedo a lo desconocido, o el temor a la pérdida de Poder, no es suficiente para levantar la Espada y obligar implícitamente a señalar lo que sólo es…y lo que no debe consentirse. Muchas gracias por tu testimonio, que comparto y respeto.