La brujilla pintaba desórdenes en el mundo,
en la nieve brotaban las buganvillas,
los olmos, los pinos y las campanillas.
Las focas bailaban en el arroyuelo,
el gallo cantaba en lo alto del nevero
¡y hasta los barcos volaban por el cielo!
La brujilla reía ante tal desconcierto.
-¿Qué tal si dejo el mundo del revés? -se preguntaba.
Los pobres serían ricos y los ricos..hummmm…
A esos, que les den.
Excelente. Una sensación de justicia social siento cada vez que leo algunos poemas tuyos. Un abrazo amistoso. El poema merece la pena ser leído más de una vez. Quizás muchos son los que debieran hasta aprendérselo de memoria.