Buenos días a todos y todas: el otro ser es el que se esconde detrás de las esquinas para, desde allí verte sin ver visto y odiarte porque tienes una chavala de campeonato como novia. Su odio y su ira es tan grande que envidia tu feliz sonrisa un poco bohemia y un mucho despreocupada. El otro ser es el que no soporta verte feliz. El otro ser, en su interior, te odia, te insulta, te rechaza porque no eres como él; porque tú si eres un hombre de verdad y tienes como compañera a un amujer de verdad. El otro ser es el que te desprecia por ser tal como la naturaleza te hizo a través del deseo de Dios.
Pero no importa. Te acercas a la equina y le das la mano. ¿Cómo estás?. !Que te vaya bien en la vida!. Y el otro ser se muerde la lengua, se encoleriza por dentro pero por fuera se ve y se siente impotente ante tu naturalidad de hombre verdadero y ante tu sonrisa. Y te despides de él porque en la próxima esquina ya está otra vez el otro ser envidiándote, insultándote y odiándote. Y le vuelves a dar la mano de nuevo. ¿Cómo estás?. !Que te vaya bien en la vida!.
Al fin y al cabo el otro ser es también un ser humano y tú ni le odias, ni le insultas ni le tienes envidias porque a tu lado llevas a una mujer que es una mujer… y lo demás, de verdad os lo digo compañeros, no tiene ninguna importancia. La impotencia del otro ser es de tal magnitud que de nuevo le das la mano. ¿Cómo estás?. !Que te vaya bien en la vida!. Y una vez cumplida tu misión te vas con ella, con una mujer que es de verdad una mujer y le das un beso y juntos seguís, asidos de la mano, a tomaros un café mientras el otro ser sigue permaneciendo en las esquinas observando lo feliz que eres… y envidiando, insultando y odiando. ¿Sabéis lo que os digo?. !Él es quien tiene el problema y no vosotros!. Así que, termináis el café, volvéis a darle un beso a vuestra mujer que sí es una verdadera mujer y le dais otra vez la mano. ¿Cómo estás?. !Que te vaya bien en la vida!. Ahora mismo son las doce del mediodía. Buena hora para pasear con vuestra mujer que sí es mujder de verdad… aunque el otro ser siga envidiándoos, siga insultandóos y siga odiándoos. Y, por último, ahora sois vosotros los que os acercáis a la esquina y le dáis la mano. ¿Cómo estás?. !Que te vaya bien en la vida!.
No entiendo muy bien la fábula… supongo que es inevitable envidiar en según que ocasiones a gente. Pero el fin de todo no acabo de entenderlo.
Clara es el agua no turbia, Ismael, y tan clara que no merece explicarlo.
Gracias por contestar, Diesel…
Sabes que te aprecio de verdad, amigo Ismael, desde hace ya años.