Niños escuchad con atención pues voy a contaros algo sobre la familia de Eulalia y como ocurrieron los hechos.
Los cativos sentados en el suelo, calladitos esperaban inquietos las palabras del viejo.
La historia de la pobre Eulalia era todo un misterio, según cuentan los mas allegados a la triste familia Tourillo.
Todo comenzó una tarde de primavera, cuando Eulalia acababa de cumplir los 7 años.
Eulalia era una niña regordeta pero con una cara muy agraciada, tenia dos simpaticos hoyuelos a cada lado de sus carnosos labios, le encantaba reír, y aveces sin motivo, con solo su pensamiento, estallaba en carcajadas, su risa era tan pegadiza que hasta los adultos se destornillaban de risa cuando la oían.
–¿Pero Eulalia hija de que jajaja te jajaja ríes?
–¿Y tú? jiajajujaja.. papa porfa, parate ya, para que me contagias.
–Tendrás la cara dura, sinvergonzona.
Esta característica de Eulalia encantaba a niños y mayores, aunque hay que reconocer, que mas de un disgusto le dio, sobre todo cuando se trataba de ir a misa, era escuchar la `palabra “hermanos” de la boca del padre Ramiro y romper Eulalia a reír con una risa nerviosa, y fuerte emitiendo una increíble cantidad de tonalidades.
Cuando comenzaba a pegarse las risotadas, entre el personal, la madre de Eulalia Matilde, pequeña y delgada gallega, la cogia de la mano tan fuerte que Eulalia reia y gritaba de dolor a la vez y mientras Matilde se tapaba la boca con la otra mano, salian corriendo las dos, por el pasillo dirección a la calle, para luego, ya fuera de la iglesia,Matilde mientras reía ahora sin ningún pudor. Molía a collejas a la pobre niña
.-Eulalia jajaja toma colleja jajaja,cuando se jijiji…se lo cuente a tu padre te castiga, o lo mismo usa jajaja la correa.
Eulalia ya no reía, tenia el ceño fruncido y le decía a su madre.
–Mama te van a tomar por loca o por sádica, mira que partirte de risa mientras mueles a collejas y tortas a tu pobre niña.
–Pero…,tendrás morro, vamos rapaciña vamos a casa que te vas a enterar, ves ya no me río.
Pero la verdadera desgracia vino con la muerte y velatorio del tío Robustiano.
Una hora entera estuvo la niña riendo sin parar para quedarse sin fuerzas y no reirse, al darle el pésame a su tía.
Su madre le advirtió
Ríete ahora todo lo que puedas hasta quedar sin resuello, que como se te ocurra solo sonreír en el velatorio, te muelo a palos.
No sonrió Eulalia mientras atravesaban el largo pasillo lleno de gente a la que saludaban con cortesia, desembocaba esté en un gran comedor, donde encima de la mesa habían colocado el ataúd con el pobre Robustiano.
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A la derecha del difunto estaban la viuda y los hijos y a la izquierda las plañideras, poniendose tivias de anis el mono.
Uno a uno madre e hija saludaban y daban el pésame a los familiares, todo parecía ir bien, hasta que… se pusieron las plañideras a gritar y a llorar, con tal falsedad, que Eulalia, no solo reía de una manera atroz, además rodaba por el suelo dando palmadas según se desternillaba. con sonoras carcajadas
Su pobre madre corriendo la cogió en brazos
—Huy hija si tienes fiebre.
–Perdóname querida Petra pero esta niña esta muy mal, me la llevo, te acompaño en el sentimiento con todo mi corazón, huy que fiebre, al medico, me voy corriendo al medico.
Esta vez las tortas no fueron acompañadas de risas y la cara de Eulalia quedó toda marcada, además la castigaron sin salir todo un mes.
Eulalia tenía un hermano, Toño mucho más mayor que ella, trabajaba de marinero en Burela en un atunero, pero le coincidió el rapapolvo y castigo de su hermanita, estando en tierra y como le encantaba gastar pesadas bromas, y para él lo del pozo era un cuento de viejas, la propuso. lo siguiente
—-ven aquí hermanita y no llores más, yo te voy a ayudar.
–Tu Toño, pero si no sabes mas que hacerme maldades
–Veras hermanita yo voy a convencer a padre y madre de que te dejen venir conmigo el fin de semana de excursión, que yo te vigilo y el aire fresco te hará bien, ya verás como aceptan.
Eulalia le miraba con los brazos cruzados, y la duda en los ojos.
–Ahora bien, a cambio me tienes que demostrar que no eres una niña miedosa,
–Ya me extrañaba a mi.¿Cómo Toño?
— Pues acompañándome al pozo negro y asomándote
— Ni lo sueñes
–Miedosa, miedosa Eulalia es una miedica, (canturreaba con maldad Toño)tu te lo pierdes regordeta, iré yo solo.
–Espera Toño, yo no tengo miedo, te acompañaré, pero tienes que darme la mano todo el tiempo
–deacuerdo
Toño grito:
–Madre me llevo a la niña que se tranquilice y a darle unos buenos consejos.
Con esta mentirijillas, emprendieron el rumbo hacia el puente y luego el camino de salida del pueblo, después torcieron a la derecha por una senda casi tapado por la vegetación, estaba anocheciendo, pero por fin a la derecha se podía distinguir la casucha don había vivido el negro, desaparecido en extrañas circunstancias pero esa es otra historia que os contare mas adelante.
Cuando estaban a unos pocos metros del tétrico pozo, Toño soltó la mano de su hermana.
–Andá, hermanita si ahora no te ríes
–Dame la mano o si no, no me asomo, además me pienso reír
–Pues adelante
Una vez al lado del pozo, tanto Toño como Eulalia sintieron un escalofrio y comenzaron a temblar espasmódicamente, esto le hizo gracia a la niña, que rompió a carcajadas,
–Mírate Toño se pareces una tembladera, jajajaja, mira como me asomo, jajaja, que oscuro está, y que mal huele.
Toño cogió con fuerza a su hermana y la saco de allí lo más deprisa que pudo, algo extraño emanaba de aquella oscuridad y esto al incrédulo de Toño no le gustaba nada.
De pronto una densa niebla les envolvia.
Eulalia siguió riendo, cuando su madre la vio.
–Estas son tus enseñanzas hijo, Eulalia a la cama sin cenar, venga rápido si no quieres otra ronda de collejas.
Eulalia se durmió con una sonrisa, pero….
El viejo sacudio su pipa y les dijo a los cativos:
–Niños es tarde y hay que cenar y luego dormir, mañana os contaré como se encontraron a la pobre Eulalia al día siguiente y además también os hablaré de como todos los meses de mayo, si te acercas al pozo de los temblores al anochecer, se oyen saliendo de las profundidades del pozo unas risas desgarradoras,muy fuertes y tetricas, con muchas tonalidades y extrañamente pegadizas.
CONTINUARA
!espléndido querida Alicia!. Estás empleando un estilo narrativo muy propio para un relato de estas características. Has intoroducido la imagen física y psicológica de Eulalia con mucho acierto. Estás llevando bien la trama hacia su desarrollo pero ten un poco cuidado con el ritmo expresivo porque a veces lo “atropellas” un poco. El ritmo es excelente pero ten cuidado al expresarlo porque a veces se hace un poco confuso. A mi me encanta el relato y estás logrando despertarme un interés muy alto. No lo dejes. Continúa. Ten también un poco cuidado en el uso de los tiempos de los verbos que a veces ha habido alguna mezcla… pero en fin Alicia… !que me gusta mucho!… Sigue… UN BESOTE ENORME DE TU AMIGO JOSE.