Me cansé de rogarle,
me cansé de decirle
que yo por ella
de pena muero.
Ya no quiso escucharme
si sus labios se abrieron
fue pa’ decirme
ya no te quiero.
Yo sentí que mi vida
se perdía en un abismo
profundo y negro
como mi suerte.
Quise hallar el olvido
al estilo jalisco
pero aquellos mariachis
y aquel tequila
me hicieron llorar.
Me cansé de rogarle
con el llanto en los ojos
alcé mi copa
y brindé con ella.
No podía despreciarme
era el último brindis
de un bohemio
con una reina.
Los mariachis callaron
de mi mano sin fuerzas
cayó mi copa
sin darme cuenta.
Ella quiso quedarse
cuando vio mi tristeza
pero ya estaba escrito
que aquella noche
perdiera su amor.
– – – – – – – – – –
Después de leer el relato de Edu, me acorde de esta canción. Cántese (con muchas lagrimas y hartas dosis de amargura, por favor) tras una buena ruptura (de esas que pasan a los libros de historia), y con no menos de una botella de tequila (o la bebida fuerte de su preferencia) encima.
Aquí se ha escuchado en otros tiempos muchísimo esa canción. Yo hasta me la sé de memoria de puro escucharla.
Ha faltado que intercalaras algún “ay, ay, ayayayay”
Un saludo, Villano.
Beber no bebo pero si te sirve he llorado al cantarla …XDDD
Esa canción le gustaba mucho a mi padrino, y una vez nos llevo a todos sus ahijados a una cantina, y se puso hasta la verdadera madre (MUY borracho). Se tomo hasta el limpiapisos (rebajado con agua pa’ que raspe menos la garganta), y pidió esa canción como mil veces. Estaba tan cuete (borracho), que la gente a su alrededor nos emborrachamos nomas de estar en su presencia. Es mas, de solo acordarme de ese suceso, ya ando cuete…=-|
¡Salud!
(hic)