6 años. Tengo 6 años de edad, he salido del Nuesta Señora de la Almudena de Madrid y estoy en el Lope de Rueda madrileño con un maestro, enjuto y seco a lo Machado, que se apellida Ibáñez. No es el dibujante de los tebeos, ni tampoco Ibáñez Menta ni mucho menos Ibáñez Serrador o el Ibáñez del Athletic Club de Bilbao. Algo de Blasco Ibáñez sí que puede ser. El caso es que estoy aprendiendo mis primeras letras.Todo eso de “mi mamá me mima mucho”, “toma tu tomate” y otras frases más o menos parecidas.
Descubro, como ya he dicho en alguna otra ocasión, que el autopullman es el ómnibus y que el ómnibus es el autobús también llamado autocar. Época de aprender muchos sinónimos mientras miro a los demás que están en el aula. Por ejemplo, mirando a todos ellos, en mis primeras lecturas aprendo sinónimo de chaval como son, fijándome en todos los demás, niñato, rapaz, guacho, mozalbete, pilluelo, infantil, alevín, benjamín, cadete y otros lindos etcéteras, mirando a todos los que me rodean y me acosan en el aula, como zanguango, perillán, púber, lazarillo, chiquillo, chiquilicuatro, chicuelo, saltimbanqui y otros etcéteras también muy lindos mientras sigo mirándoles a todos, como zascandil, muchachito, tirillas, robaperas y cosas más o menos de ese jaez. Pero yo solamente soy un niño nada más.
Deletreo perfectamente lo de supercaligrafilístico y comienzo a esbozar ya mi caligrafía superlativa porque soy tan especial que me callo cuando tengo que hablar y que hablo cuando me tengo que callar. Cosas propias de la edad en un colegio del Estado. Don Vicente Ibáñez se sorprende de mis capacidades literarias cuando estoy comenzando a leer y que ya asoman cuando llegan las horas de demostrarlo pero, inexplicablemente no se da ni cuenta de que soy un genio de las letras y no hace más que ponerme calificaciones tan bajísimas que mi cartilla escolar parece un verdadero sembrío de calabazas; pero yo no me pongo nervioso por ello y en mi aparecen ya algo así como unos “brotes verdes” (que me perdonen los puritanos) porque aprendo que lo de “magas verdes” significa, mirando a los demás del aula, que no tienen ni idea de quién soy yo. Lo de “estar en Babia”, “estar en Las Batuecas” o “estar pensando en las musarañas” vendrá más tarde si Dios quiere. Ahora sólo tengo 6 años de edad y, mirando a los que me rodean y acosan en el aula, pienso… luego existo… porque ya soy todo un filósofo de los sinónimos de la supervivencia y me defiendo como gato panza arriba en vez de enfadarme. Mirando a los que se llaman, en teoría solamente, compañeros de la clase (no sé a qué clase se refieren), aprendo algunos sinónimos muy lindos y pluscuamperfectos como mocosos, soplagaitas, titiriteros, chiquinadas, chinchillas, zampabollos, y hasta -mientras sigo mirando a los que me rodean y acosan- otros muchos más lindos y más pluscuamperfectos como tirapedos, tuercebotas, tronchapedos, pinchauvas, jarrapellejos y otras cosas más o menos parecidas como caganvilos o comemocos por ejemplo. o petimetres, gaznápiros y mamilotos. Algo que aprendo para saber defenderme yo solo, con el añadido de que tengo que defender y cargar con la responsabilidad de cuidar del Boni y del Maxi y defenderles también a ellos aunque no soy el hermano mayor de la familia.
Con Don Vicente Ibáñez aprendo rápido a hacer como que no me entero de nada pero me estoy enterando de todo y no permito que ninguno de todos estos teóricamente compañeros, pero no en la práctica, me mojen la oreja aunque estén sentados a mi alrededor y me están acosando. Aprendo a ser tranquilo pero no le permito a nadie que me venza en las peleas; aunque sean gitanos o gentes de mal vivir. En el patio del recreo, la higuera no da frutos comestibles y de la fuentecilla apenas sale agua… pero el vaso de leche nunca falta en casa, ni tampoco ese colacao que me está haciendo más fuerte que los demás; ni esa botella de cocacola que me bebo hasta que me harto y le regalo las sobras a uno de estos miserables que se las bebe porque está ansiando recibir la chapa que luego lucirá en los recreos jugando al pañuelo ante la atenta mirada y el silencio del Boni, del Maxi y de mí. No me importa lo de la cocacola ni mucho menos lo de la mísera bolsita de plástico que le regalo para que se limpie los mocos con ella porque a mí no me sirve para nada. Estoy en El Cole de mis recuerdos infantiles. Se me da de miedo pensar en las chavalas guapas y dibujar, en mi mente, el rostro de las guapas chavalas en las que estoy pensando.
31 días -según dice mi Mágico Solitario- tiene este enero del año 1955 después de Jesucristo. Sé un montón de cosas de la vida de Jesucristo mientras nadie de los que me rodean y me acosan saben quién soy yo. Es enero y hace mucho frío en el aula, porque la estufa no da más de sí y no nos calienta a los que estamos sentados en las últimas filas. Guardo casi siempre silencio pero no olvido. Hablando de Don Vicente, el maestro enjuto y seco a lo Machado que no hace más que ponerme suspensos tras suspensos en la cartilla escolar porque no tiene ni idea de que soy genial con las letras, quizás Vicente Lizcano tampoco sepa quién soy porque es el primero de la clase y está muy cerca de la estufa; pero estoy seguro de que Fornieres, Saturnino y Garzón, por poner solo tres ejemplos de todos estos chulanganos macarrillas en quienes me estoy fijando y a los que dedico todos estos lindos sinónimos que he aprendido gracias a lo que hacen ellos con los más inofensivos, ya sepan quién soy.
Y siempre sonriendo van pasando las mañanas en el reloj de mis experiencias…
Fe de erratas: el título exacto de este texto es “Estoy en El Cole”.
Mi abuela materna: Pues sí, nieto, en los morros has dado a más de uno y es que como bien dicen los pueblerinos y las pueblerinas, que no somos paletos ni paletas como tú has explicado alguna vez que otra, al final a todos los cerdos les llega su San Martín.
Abuelita: yo solamente les llamo envidiosos; lo de cerdos quizás sí lo eran o no lo eran pero no fue problema mío.
Mi abuela materna: Pero estarás de acuerdo conmigo en que ambas cosas (envidiosos y cerdos) van muchas veces unidas.
Efectivamente, abuela. Dime cómo actúas y te diré qué eres. En este caso lo dejo a la conciencia de todos ellos y cuando se miren en un espejo hallarán sus propias respuestas quieran o no quieran ocultarlo a los demás. Eso, a mi en particular, ya no me interesa saberlo.
Mi abuela materna: Voy a dejarlo muy claro para que nadie se llame a engaño. «A cada cerdo le llega su San Martín» es un refrán que alude a que cada cual recibirá en su momento la respuesta por los actos cometidos. Si alguien ha actuado incorrectamente, tarde o temprano le llegará el momento de pagar su culpa. San Martín es una festividad que se celebra el 11 de noviembre en honor de Martín de Tours, siendo una fecha muy señalada en muchos pueblos de la geografía española pues es cuando tiene lugar la matacía o matanza del cerdo. El mismo refrán, cambiando a veces cerdo por otros sinónimos como puerco, cochín, cochino o chancho, se usa en países latinoamericanos como México, Argentina, o Panamá. En Argentina se dan explicaciones alternativas al origen del refrán, por un lado teniendo en cuenta que Martín de Tours también es el santo patrón de Buenos Aires, por otro haciendo una posible alusión al general José de San Martín con la versión «A cada agosto le llega su San Martín». En Francia se usa el mismo refrán: «à chaque porc vient la Saint Martin», mientras que tanto en español y francés como en alemán, inglés e italiano existen refranes con el mismo sentido, pero referidos a zorros y peleterías. Me parece que he sido clara, concisa, breve y directa. Cada cual que cargue con su carga que es una bonita manera de decir que cada cual lleve su cruz hasta que Dios lo quiera. ¿O no es cierto, nieto?
Lo has aclarado perfectamente, abuelita. No merece la pena romperles los morros a alguno que otro porque ya se los romperá alguien. Eso les pasa a todos los chulánganos que pululan por los mundos. Recuerdo lo de “tal como haces tal te harán” que es una versión mía de lo de “a la vuelta lo venden tinto”.
Mi abuela materna: Sigo con mis explicaciones para que sepan de una vez por todas quien era yo en el Lope de Rueda y lo que soy como persona culta e inteligente: A la vuelta lo venden tinto es frase usada para desentendernos de lo que nos piden, el hecho procede probablemente de una anécdota protagonizada por el torero José Ortega Joselito (1895-1920) y el Bizco Pardal, un personaje muy popular en Écija (Jaén). En cierta ocasión, el maestro encargó a este último que realizara una compra, para lo cual le dio una cierta cantidad de dinero. Bizco Pardal cumplió al dedillo la orden de su amigo, pero se hizo el despistado para devolverle el dinero sobrante. Joselito le hizo ver el olvido, diciéndole: ¿Y la vuelta?, a lo que el Bizco respondió con ingenio “¿La vuelta? A la vuelta lo venden tinto”. Al parecer, la contestación se hizo pronto tan popular entre el público taurino que dio origen al dicho.
Gracias por tu aclaración, abuelita, a ver si ya se enteran de una vez por todas; pero yo tengo una versión que dice: “mañana por la mañana te espero Juana en el balcón” que es como decir que siempre es necesario esperar para luego poder decir que quienes sufrieron ahora gozan y quienes gozaron ahora sufren. Y no es cuestión ni tuya ni mía sino de Dios haciendo Justicia y repartiendo lo que cada uno se merece. En fin, que yo lo olvidé gracias a la sonrisa pero defiendo a quienes no lo han podido olvidar porque les dejaron frustados de por vida. ¿Es o no es justicia democrática ya que tanto hablan todos de la Democracia? ¿Es o no es justicia distributiva ya que tanto hablan de distribuir democráticamente? ¿Y es o no es justicia equitativa ya que tanto hablan de equidad de oportunidades? ¿Qué pasó con los niños que quedaron marcados de por vida por culpa de aquellos chulánganos? No me refiero a mí porque a mí no me marcaron pero otros no pudieron superarlo.
Mi abuela materna: Llevas razón, nieto. En el nombre de los que quedaron frustrados de por vida por culpa de los chulángano, pues sí, ES JUSTO.
Mi abuela materna: me gusta eso de “algo de Blasco Ibáñez sí que peude ser”. ¿Como cuál de sus obras conoces?
Sus dos obras principales son “La barraca” y “Arroz y tartana” pero puedo investigar alguna más.
Mi abuela materna: Investiga alguna otra que te suene de verdad.
Te doy mi palabra de honor que de toda su amplia produccción me suenan “Arroz y tartana”, “La Barraca”, “Entre naranjos”, “Cañas y barro”, “La voluntad de vivir”, “Sangre y arena”, “Tierra de Todos”. Y he de aclarar que las tres más famosas de Vicente Blasco Ibáñez son, por orden de mi prioridad, “Cañas y barro”, “La Barraca” y “Arroz y tartana”. ¿Te parece un buen bagaje cultural saber todo esto sobre Vicente Blasco Ibáñez además de saber que era uno de los representantes del Naturalismo regionalista que también podemos llamar Costumbrismo (en este caso valenciano) dentro de la Literatura Española tal como lo fue José María de Pereda (en este caso cántabro).
Mi abuela materna: Me parece muy sobresaliente que lo sepas desde que eras tan niño.
Podríamos eternizarnos hablando de escritores españoles del Naturalismo-Regionalismo-Costumbrismo; pero ciñéndonos a los costumbristas solamente apunta en tu agenda especial que conozco a Mariano José de Larra, Ramón de Mesonero Romanos, Serafín Estébanez Calderón, Fernán Caballero (Cecilia Böhl de Faber), José María de Pereda, Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán, José Valera e incluso Vicente Blasco Ibáñez. Si te das cuenta hay 2 mujeres entre todos ellos y es que las mujeres empezaron a salir adelante en la Literatura Española y unto a las dos citadas puedes poner a Concha Espina, Rosalía de Castro y espera a ver si recuerdo a alguna más.
Recuerdo otras anteriores al Siglo XX. Apunta, abuelita: Teresa de Cepeda y Ahumada, Carolina Coronado y Gertrudis Gómez de Avellaneda.
Mi abuela materna: Saliendo de la Literatura Española tengo una duda: ¿fue o no fue Goethe un precursor del Humansimo en Italia dentro de lo referente a escritores?
Tienes un pequeño error de memoria, abuelita, pero no te preocupes porque eso nos pasa a todos. Wolfgang Goethe no fue italiano sino alemán y pertence a los iniciadores del Romanticimso. A quien te querías referir, estoy seguro, era a Dante Alighhieri quien, junto con Prancesco Petrarca y Giovvani Boccaccio, son los tres autores más nombrados del inicio del Humanismo Literario en Italia. ¿Quieres que te cuente algo sobre Rienzi y Navagero?
Mi abuela materna: cuenta, cuenta, porque me parece muy interesante entablar conversaciones literarias contigo (se nota que además de genial escritor has debido ser un genial lector).
Cola di Rienzi, Andrea Navagio y apunta también a Agostino Beazzano, fueron tres grandes humanistas, escritores y políticos, que tuvieron mucho contacto con Francesco Petrarca. Influyeron mucho en los primeros años del Humanismo Renacentista en Italia. ¿Quieres saber quién trajo el humanismo literario a España además de Boscán?
me parece stupendo saberlo de un nieto tan preparado como tú.Cuetna, cuenta.
Fueron Juan Boscán y Garcilaso de la Vega, dos grandes conocedores y traductores de las obras de Petrarca.
Mi abuela materna: ¿Quién fue el autor de “Escenas Matritenses”?
Aunque en principio dudaba entre Mesonero Romanos y Estébanes Calderón te confirmo que fue Mesonero Romanos. De lo cual estaba casi totalmente convencido pero ahora lo confirmo del todo.
Mientras Ramòn Mesonero Romanos era autor de “Escenaa matritenses”, Serafín Estébanez Calderón fue autor de “Escenas andaluzas”. Por eso puede haber una pequeña confusión. Pero ya está totalmente aclarado puesto que Mesonero Romanos era madrileño de nacimiento, Estébanez Calderón era de nacimiento malagueño.Hasta mañana, abuela. Hoy tengo que ir ya al Cine.
Mi abuela materna: He comido bien y me han entrado ganas de seguir charlando contigo -que piense y que diga lo que quiera la Señora Hernández porque no la pienso hacer ni caso- y es que quiero saber algo de El Principito.
He leído 2 veces “El Principito” del escritor francés Antoine de Saint-Exúpery. A través de este pequeño libro se intenta rescatar su profundo mensaje que ha sido escrito mediante una fábula y cuyos textos poseen una gran sencillez y profundidad. Nos recuerda el motivo del por qué y el para qué vivimos. Nos habla del esfuerzo, el sacrificio, el tiempo dedicado a desarrollar nuestras aptitudes, la lucha por alcanzar los ideales nobles, el afán por estrechar lazos de amor y amistad, y que todo ello tiene una recompensa en forma de satisfacción, alegría, esperanza e ilusión; pero no se ve, porque lo esencial y lo que nos embellece es invisible a los ojos. Aunque yo sigo afirmando que esto último no es del todo verdad. Los cambios espirituales y físicos de las buenas personas son visibles para los ojos humanos. Que piensen lo que quieran pensar y que digan lo que quieran decir los escépticos. Yo no soy ningún escéptico sino todo lo contrario. Las tansformación humana también es física y se puede ver con los ojos.
Mi abuela materna: Estoy totalmente de acuerdo contigo. ¿Podríamos decir que El Principito de Saint-Exúpery es algo así como un realismo mágico a lo francés?
Sí. Efectivamente. Podemos decir que “El Principito” es una obra fundamental de lo que podemos llamar el realismo mágico a lo francés. Por eso podemos deducir que el realismo mágico no es una invención latinoamericana puesto que ya desde muy antiguo se venía escribiendo realismo mágico en Europa. ¿Quñe crees que es “Don Gil de las Calzas Verdes” sino un realismo mágico a lo español?
Si hacemos un breve análisis de “Don Gil de las Calzas Verdes” de Tirso de Molina vemos que, escrita en 1615 (el año en que se publicó la segunda parte de El Quijote), el argumento de Don Gil de las calzas verdes es rico e ingenioso, y revela cierta influencia del teatro de Lope de Vega, coetáneo de Tirso: Don Martín rompe, una vez llegado a Madrid, la palabra de matrimonio que había dado a Doña Juana, una señora de Valladolid. Pero Doña Juana, en una interesante reivindicación femenina, quiere restablecer su honor, y por ello se desplaza a la capital, donde se disfraza para transformarse en un seductor Don Gil, conocido por su belleza y por sus calzas verdes. La intención de Doña Juana es enamorar a la mujer que pretende a Don Martín, y frustrar su nueva aventura amorosa para recuperarlo. ¿Hay o no hay cierta dosis de realismo mágico en Tirso de Molina si tenemos en cuenta de que hablamos de la primera mitad del Siglo XVII? Sí que lo hay. Razonando en profundidad el mundo de las mujeres, en aquella época, era una realidad mágica y desconocida para multitudes de seres humanos. Eran reales peor sólo a través de la magia de los escritores podían salir a relucir sus asuntos en el teatro. ¿Hay o no hay realidad mágica en todo ello?
Lo hay. Luego podemos afirmar que el realismo mágico latinoamericano del Siglo XX no es un invento de los escritores latinoamericanos -por mucho que lo hayan querido ocultar los del famoso “boom”- sino que tiene sus raíces en el realismo mágico español de los Siglos de Oro de nuestra Literatura.
Mi abuela materna: he vuelto a leer tu texto. ¿Puedes decirme quién es el autor más realista que existe?
Me lo pones muy fácil, abuelita. El que más veces juega con la magia de sus fantasías. Esa es la mejor literatura de la realidad que existe. Claro que la realidad no tiene por qué ser igual para todos y para todas. Pero yo me quedo con la nuestra, abuelita, con la nuestra.
Mi abuela materna: ¿Aunque se enfaden con nosotros Doña Hernández?
Ni a ti ni a mí nos interesa saber si Doña Hernández se enfada o no se enfada con nosotros porque… ¿no es cierto que Doña Hernández no tiene nada que ver con nuestras existencias?…
Mi abuela materna: Okey. De acuerdo. Okey. No tiene nada que ver con nosotros. Okey. Si no tiene nada que ver con nosotros es que no tiene nada que ver con nuestras existencias. Okey. Y si no tiene nada que ver con nuestras existencias no es nadie para nosotros… okey… aunque para alguien pueda ser muy importante… okey… si no es nadie para nosotros somos nosotros quienes nos debemos comprender… okey… y a Doña Hernández que la comprendan quienes no nos comprenden. Okey.